SEGUNDA PARTE.
Nos visita en el Monasterio Mercedario de Poio; se suma a ser miembro de la Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio. Bajo el brazo, el libro sobre su padre y sus obras. (hugo.daini.org).
Observamos en cada página obras que consideramos fruto de un trabajo muy meritorio, con la originalidad de estilo propio, una gran delicadeza artística en todas sus esculturas. Su alumno y seguidor fue su hijo Rudy Daini. Le hacemos recordar sus inicios y muy amable nos relata.
- Mi padre tenía su taller de escultura en la misma parcela de nuestra casa; de pequeño, siempre estaba a su lado y me fue enriqueciendo con su arte, moldeando una mis pasiones futuras. Fue mi maestro en escultura. A los 18
años ya definí mi trayectoria: la psicología y el arte. A parte de la escultura, tenía pasión por la pintura; tuve la gran oportunidad de que un pintor gallego, Lucio Rivas Bertol, de reconocimiento mundial y llegado a Caracas en 1952, fuese mi guía en este aspecto artístico.
Dos grandes maestros; ellos dejaron huellas en tu arte, ya escultórico, ya pictórico.
- A mi padre y a él, les debo los inicios de mi formación artística; luego fui evolucionando hasta encontrar mi estilo propio. Mi padre murió joven y yo me hice cargo del taller y la fundición de bronce. Con el tiempo he logrado
exponer mis obras por distintos países obteniendo gran aceptación.
Tuve el honor de llevar mi arte a Ginebra, Las Vegas, California, New York, Florida, Miami, Roma; y tengo la suerte que muchas de mis obras se encuentran esparcidas en muchos hogares de Galicia.
He elaborado varias técnicas de pintura; en ellas, busco la influencia del entorno en la sensibilidad del ser humano. Me ilusiona el colorido, el misterio vital y social.
Visitamos su estudio. Observamos que su escultura ha evolucionado en un aurea que destella el sufrimiento psicológico de niños al observar su entorno vital. Nos asombra un joven Buda, con mirada lejana, buscando en su interior una respuesta lógica para comprender el caos que rodea a nuestras civilizaciones.
- Observad la Niña Patera; es una pieza única, elaborada en resina ecológica, sentada en una patera de abeto que he elaborado con bastidores que se usan para fijar las telas de las pinturas. Expresa el intento de huir de la realidad indeseable y dispuesta a emprender un viaje a un futuro incierto, pero lleno de esperanza.
Es una expresión artística en auxilio al maltrato de las niñas que son obligadas a casarse o prostituirse. En la actualidad, según la Unicef, más de 650 millones de niñas y mujeres fueron obligadas a casarse, sin derecho a
elegir, durante su infancia, entre el 2020 y el 2020.
Nos consta que has escrito varios libros, mixturando tu arte con sintomática psicológica. ¿Piensas en exponer tu arte o presentar algunos de tus libros en este tu Monasterio Mercedario de Poio?
- Si. He publicado cuatro libros de dibujos humorísticos con contenido existencial y preocupación social. El último: “Un mundo de todos, pero no para todos”.
Todos estamos en este mundo para aportar algo positivo, aunque sea poco. Contad conmigo para charlas – coloquio en cualquier temática psicológica, exposiciones de mi arte y presentación de un libro. Encantado estoy de tener la oportunidad de ofrecer mis conocimientos y experiencia.
Gracias, Rudy. Es un honor tenerte como miembro de la Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio. En cuanto a tu oferta, la tendremos en preferencia y pronto se puede acordar una fecha para realizar y aprender de todo tu saber, ya psicológico, ya artístico.
¡Feliz Caminar!
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio.