Rudy Daini: La creatividad en la psicología y la psicología en el arte

02 de marzo 2024
Actualizado: 18 de xuño

La Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio va creciendo; ya está en 1.600 miembros.  Francisco Javier Gelpi Paz nos presentó a Rudy Daini, que nos impresionó con su sencillez, su inquietud y su gran humanidad.

Primera parte.

La Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio va creciendo; ya está en 1.600 miembros.  Francisco Javier Gelpi Paz nos presentó a Rudy Daini, que nos impresionó con su sencillez, su inquietud y su gran humanidad.

Su padre Hugo Daini (1919-1976) nació en Italia; en la Segunda Guerra Mundial, ejerció de paracaidista; finalizada esta masacre bélica, siguió sus estudios de escultura, graduándose con gran mérito; en 1948 gana el premio del Comitato Olimpico Italiano y representa a Italia en la Sport Art Exhibition en Londres. Maria Grazia Daini (Mitzi), hija de un austriaco emigrado a Roma, conoce a sus 18 años a Hugo Daini en el Café "El Greco", lugar de encuentro de filósofos y artistas de espíritu bohemio. Muy cerca de este lugar, tenía Hugo Daini su estudio. Los dos encontraron su complemento vital; se enamoraron; en 1949 Hugo Daini decide trasladarse a Venezuela. Un año más tarde Mitzi lo sigue para casarse y formar familia. A los 28 años ya cuidaba de cuatro hijos, entre ellos, Rudy Daini, el mayor. 

- La vida de mis padres fue una historia de amor, comprensión y de trabajo en equipo. Mi padre pronto destacó en su arte, siendo un artista de gran prestigio en Caracas, esculpiendo varios monumentos de gran notoriedad que se encuentran dispersos en muchos países. Entre ellos, la estatua de Simón Bolívar en Belgrave Square en Londres.

Por su parte, mi madre, Mitzi como todos la llamaban, mujer de gran inteligencia y cultura que hablaba varios idiomas y siempre muy dada a ayudar al prójimo, fue con una gran determinación y energía, el principal apoyo para todos en la familia. A mí personalmente me ayudó a superar la timidez y enfrentar los estudios con mayor seguridad, luego de pasar por algunos tropiezos que hicieron sospechar de mi capacidad intelectual.

Me especialicé en psicólogo clínico, en Caracas; realicé varios masters: "políticas y planificación en el sector de salud", "criminología y tratamiento penitenciario", "psicología clínica, psicoterapia y asesoramiento", "psicología deportiva", "instructor de Mindfulness", y otras formaciones varias.

A lo largo desde ya hace 50 años me encuentro en el mundo de la psicología y a través de las consultas, los talleres y las charlas he buscado facilitar los "cambios" que las personas requieren para poder disfrutar de sus vidas a plenitud.

Nos muestra otros estudios, sus experiencias y colaboraciones laborales; nos parecen dignas de elogio y de un gran respeto hacia su persona. "Un Magnifico Psicólogo con espíritu bohemio".  ¿Cuándo te engatusó esta Tierra Gallega? 

- En el 2006 visité Santiago de Compostela y expuse en la Galería de José Lorenzo Macías, un gran pintor. Tuve un reencuentro amoroso con la que luego sería mi esposa en el 2008. Al año siguiente nace nuestro hijo Fabio. En el 2018 decidimos divorciarnos. Hoy en día, Fabio vive conmigo durante la semana por razones de estudio y los fines de semana, con su madre, en Covelo.

Actualmente me encuentro en Quistiláns, una parroquia del municipio de Ames. Un sitio tranquilo y rodeado de bosque. Fundé el Centro Daini donde atiendo a las personas. A raíz de la pandemia, las consultas se han vuelto cada vez menos presenciales y más de manera telemática. Ha sido un reto interesante para poder mantener la efectividad de mis asesorías.

Cada persona presenta una problemática muy singular que requiere ser escuchada y orientada siempre con el auxilio de su propio potencial. Busco que mi intervención sea lo más corta posible y que sea la persona misma la que se haga cargo de su proceso de desarrollo personal.

He observado que tienes gran preferencia por los niños y los mayores. Antes muchas personas solucionaban sus problemas con la Confesión y aliviaban su mente.

- ¡Cierto! Muchos estudios han confirmado la importancia de poder disponer de personas con las cuales compartir los aciertos y los sinsabores del día a día. Estar y sentirse acompañado parece ser la clave. Un recurso empleado en antaño y todavía en uso fue la confesión. Las personas contaban al sacerdote cosas íntimas que le torturaban; obtenían el perdón, cumplían la penitencia y resolvían sus penalidades.

Obviando las consideraciones en torno al credo religioso y más allá del alivio que puede significar el compartir con alguien la propia intimidad, el apoyo del psicólogo es relevante para que la persona pueda asumir una actitud más proactiva y saludable de su mundo mental y emocional.

Desde 2023 estoy trabajando en el proyecto: "Nuestros hijos". Una serie de cuentos y esculturas cuyos protagonistas son los niños. Recuerdos de mi infancia y mi vivencia actual con mi hijo Fabio, me llenan de inquietud y reflexiones sobre el mundo que les estamos dejando y al cual deberán
enfrentarse. La relectura del poema "Los hijos infinitos" de Andrés Eloy Blanco, poeta venezolano, me marcó el punto de partida. Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro y el corazón afuera. Es un sentimiento paterno que concibe al hijo como un mundo entero y su corazón fuera de su cuerpo. Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo. Hoy nuestros hijos se encuentran en un mundo lleno de problemáticas. Necesitan aprender a valorarse, a tener seguridad en sí mismos y a reflexionar ante los peligros que le acechan. Saber aprovechar adecuadamente el uso de las redes y sobre todo ser capaces de mantener relaciones saludables y directas con sus iguales.

En cuanto a los mayores, es cada vez más frecuente la falta de cariño familiar y de su entorno vital. En la medida que avanza el deterioro mental y físico de los ancianos, la rutina diaria de las familias con sus limitaciones de tiempo y dinero, va mermando la amplia disposición amorosa inicial y casi siempre termina obligada a recluirlos en una residencia. 

correo rudydaini.asesoria@gmail.com, móvil 635 411519

 

Gracias, Rudy. Te esperamos y nos cuentas tu otra gran pasión: la pintura, escultura y otras especialidades.

 

Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Poio.

NOTA: El Café Greco tiene gran historia; abierto en 1760 en la Via Condotti, 86, en Roma. Muy visitado y refugio de escritores, artistas y políticos. En él estuvo Franz Liszt, Goethe, Schopenhauer, Stendhal, Byron, Andersen y otros famosos. A mediados del siglo XIX fue refugio de españoles: Eduardo Rosales y Mariano Fortuny. En la década de 1950, María Zambrano, Ramón Gaya y Orson Welles. En este siglo sigue conservando su aureola, siendo lugar de reunión de literatos, artistas y políticos.