La semana pasada el Sr. Maroto manifestó que "no hay socialista bueno", y como les dijo Patxi López en el debate de la moción de censura en el Congreso esta semana: "Para ustedes no somos el adversario, para ustedes nosotros somos el enemigo. Para nosotros ustedes nunca serán nuestros enemigos, no queremos volver a tiempos pasados".
Siempre me han sorprendido las personas que se sienten tan pagadas de sı́ mismas, en posesión de la verdad, y se dedican a repartir carnets de buenos y malos... Pero como dentro del PP ¡son todos buenos!, se dedican a hablar de otros partidos. Y digo yo, que si se dedicaran a limpiar su casa y se miraran a sı́ mismos, mejor les irı́a.
Y lo que ya roza el delito es el mensaje que envió Isabel Dı́az Ayuso el jueves a los diputados del PP , dı́a en que se celebraba la sesión de control en la Asamblea de Madrid: "Hoy la izquierda está acabada. Matadlos". Cuando lo oı́ creı́ que era una información falsa, pues aunque esté acostumbrada a sus excentricidades, esto raya el lı́mite del delito, incitando al odio. Es una expresión propia de una macarra, no de una presidenta de una comunidad autónoma.
Pero es que este jueves he visto en la Televisión al Sr. Mañueco, en las Cortes de Castilla y León, mientras intervenı́a una procuradora del PSOE sobre los problemas de los enfermos celı́acos, darle la espalda hablando con otro procurador. Y cuando aquella le preguntó si no le interesaba el tema sobre el que intervenı́a, él abandonó el hemiciclo haciéndole una peineta ¡Qué nivel Sr. Feijóo!
Sr. Feijóo, si aún le queda algo de poder en su casa, ponga orden en su partido, pues la presunta moderación se ha convertido en crispación e incitación al odio, algo que es muy peligroso.
En estos difı́ciles momentos que nos ha tocado vivir (pandemia, guerra, crisis energética...), los socialistas no tenemos tiempo para hacer disquisiciones éticas entre buenos o malos, nos dedicamos a trabajar por el interés general y el bien de la ciudadanı́a, aplicando polı́ticas solidarias y de bienestar social.
Y yo que creı́ que en el siglo XXI no iba a oı́r frases decimonónicas, y menos a un polı́tico, que pretende presidir el Gobierno del Estado y que ha presidido un Gobierno autonómico. Pues bien, el Sr. Feijóo pronunció en el Senado la expresión "gente de bien", discriminando a la diversidad (en referencia a las personas transexuales) y a los que los apoyamos y respetamos a los que, según él, somos gente de mal.
Pero la realidad es que los unos legislan para toda la ciudadanı́a y los otros sólo para gente de bien, las élites. Como en la Comunidad de Madrid: becas para los que tienen ingresos anuales de más de 100.000 euros al año. No practican la justicia social y menos la fiscal, necesaria para que la primera se produzca (se oponen e incluso recurren los impuestos a los que más ganan, a la banca y a las energéticas). No aplican la solidaridad. Entregan a un centro sanitario privado, como hizo el Sr. Feijóo siendo presidente de la Xunta, máquinas de tratamiento oncológico que donó Amancio Ortega para la Sanidad Pública.
Como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no tiene proyección internacional, según el PP, se desplaza Feijóo a Bruselas, según dice "para hablar de cosas importantes", que no es otra que "hablar mal de España" (parece un niño chivato, pero sin base) y de las medidas de sostenibilidad del plan de pensiones aprobadas por el Gobierno avaladas por la UE... Y el comisario europeo de Economı́a le recomendó que "hiciera una oposición constructiva en España".
Como vulgarmente se dice: "Fue a por lana y saliótrasquilado". Igual que le han llamado la atención por obstaculizar la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Sr. Feijóo, dedı́quese a construir y no a destruir. España necesita una oposición responsable.
Marica Adrio Taracido
Senadora del PSOE por Pontevedra