Desearía estar a tu lado cada día, despertar contigo,
compartir las cosas más simples de la vida.
Sueño con contarte cómo ha sido mi día al llegar a casa,
crear nuevas experiencias cada noche
y reírnos juntos de nuestras pequeñas locuras.
Sería un regalo verte cumplir tus sueños
y acompañarte mientras el tiempo pasa,
cantándote 'feliz cumpleaños' cada año.
Pero para todo eso, tendría que amarte.
Amar significa aceptar el compromiso que la vida exige
a quienes desean compartir su existencia.
Tú mereces muchas cosas, mereces amores grandes,
pero no el mío.
Quizá esto sea egoísta, no lo sé.
Tal vez no puedas comprenderlo, ni yo misma estoy segura.”
Siento miedo de amar, de entregarte partes de mí
que quizá nunca pueda recuperar.
Temo que el tiempo se escurra entre nosotros
y al final solo quede el vacío.
Creo que no amamos de la misma manera.
No compartimos lo esencial, lo que sostiene un amor verdadero.
Somos demasiado amigos, demasiado cómplices,
y tal vez eso sea lo que nos impide ser amantes.
Pero eres el cuerpo que deseo,
la piel que me enciende y me atrapa.
Eres un torbellino físico que me consume,
pero mi corazón no está aquí.
Mi alma no puede formar parte de lo que somos.
”¿Alguna vez has sentido algo así?”