La gente que codicia el poder o el dinero termina enredada con quienes lo han alcanzado.
Literatura es un forma grandielocuente de llamar a lo que la gente escribe.
No hay oficio más sencillo en esta vida que el de centrocampista.
Las listas de la compra deberían ser un género literario: el orden en que se apuntan los artículos, el ritmo y la sonoridad que tiene el hacerlo de una manera u otra se han pasado por alto de forma insensata.
Nadie sabe qué canción tararea dentro de su cabeza un hombre-bala.
La extrema derecha es el último paso antes del precipicio. Eso es lo que nos quieren hacer creer, porque en realidad la extrema derecha ya es el precipicio.
Todo lo que vemos a través de una ventana nos está contando algo acerca de nosotros mismos.
El dinero nos maneja.
Cuando menos te los esperas te han crecido las uñas.
Tras el silencio se ocultan miles de palabras.
La gente que se ducha todos los días tiende a considerarse mejor persona que quienes no lo hacen.
Detrás de un grito se ocultan media docena de presunciones.
Dime con quién andas que no se lo contaré a nadie.
Si un atardecer de otoño te sorprende en un paraje solitario y comienzas a escuchar música o sonido de tambores, pide cita a un buen psiquiatra.
Hay gente a la que le vuelven loca los números y hay números que no soportan a la gente.
El mejor lugar para sentarse y tener la completa seguridad de que tienes que hacer algo con tu vida ya mismo es el fondo seco de un pozo.
El vuelo de los pájaros siempre nos recuerda algo pero nunca sabemos del todo qué es.