La gente hace cosas muy raras para reconectar consigo mismo. O para encontrase a si mismo. Son cosas que se dicen, yo no me las invento. Solo me burlo de ellas. Tomemos lo de "reconectar", por ejemplo. ¿En qué momento estuvimos conectamos y cómo se produjo la conexión?, ¿funcionamos con corriente continua o con corriente alterna?, ¿nos metemos tripis o solamente ingerimos marisco con toxinas?
En cuanto a lo de encontrarse, ¿se acuerdan ustedes de Paco Lobatón? ¡Cuanto bien hizo este señor y, por lo visto, cuánto mal también! Nota al márgen: hay un momento en cada artículo en el que uno abandona la actualidad para hacer una referencia que solo los vejestorios de su época van a comprender, y sin embargo da lo mismo: hay que ser fiel al pasado porque el pasado nos ha acompañado fielmente.
Hay quien dice que hace el camino de Santiago para encontrarse a sí mismo. Tal vez está insinuando que a través de la tortura física, aplicada con perseverancia y cierta moderación, se puede recuperar la conciencia de quién es uno realmente, fuera del formato espacio-temporal y de la rutina que lo mantienen atrapado todos los días. Si creen que tengo alguna idea de lo que estoy diciendo les diré que son muy optimistas.
Lanzo teorías al aire como si fuesen naipes, aunque algunos caigan boca abajo. Tanto se abusa de estas expresiones que le dan a uno ganas de quemar todos los manuales de autoayuda, de dónde seguramente proceden.
No conozco nada que pueda ayudar menos a un ser humano necesitado de ayuda que un manual de autoayuda. O la ayuda te la presta otro ser humano, o vas aviado si pretendes administrártela tú mismo basándote en cuatro trapalladas escritas en un libro. El hecho de que se publiquen y se vendan tantos simplemente explica la extensión de la estupidez humana, una característica de nuestra naturaleza que no se extingue con el paso de los siglos, más bien diría que se incrementa.
Hemos pisado la luna y planeamos hacerlo en Marte, pero somos igual de gilipollas que siempre.
Nos vanagloriamos de nuestra inteligencia, me refiero a los que se vanaglorian de ella, no a usted o a mi, que bastante tenemos con recordar qué hemos tomado de comida en el último almuerzo, pero las guerras, la pobreza y la injusticia siguen campando a sus anchas por este planeta. Y dudo muchísimo que la cosa mejorase si todos y cada uno de nosotros lograse reconectar consigo mismo o encontrarse.