El colegio público CEE de Pontevedra se ve obligado a cerrar las aulas de forma inesperada por una pésima gestión de la Xunta de Galicia, que está llevando a cabo unas obras de mejora en el tejado del centro.
Ya se habían iniciado las clases en estas condiciones, con alumnos que no pueden salir al patio debido a la peligrosidad de las obras.
Ahora la situación empeora aún más, ya que hoy, 25 de septiembre, las familias se encontraron con que, alrededor de las 6 de la tarde, se les avisó de que, por el peligro que representan las obras, los alumnos deben quedarse en casa como mínimo hasta el martes.
Esta decisión se tomó después de dos días en los que los niños estuvieron en las clases sin luz, y en la jornada de hoy también se filtraba agua y la alarma de incendios se activó continuamente.
La Xunta de Galicia no tuvo previsión alguna: no se avisó con antelación a las aproximadamente 65 familias afectadas, ni se habilitaron espacios auxiliares, como se hizo en otros centros del mismo concello. Conciliación cero.
Es importante destacar que se trata de un centro de educación especial, con alumnos que en la mayoría de los casos no pueden quedarse solos en casa sin supervisión, lo que supone un gran problema para las familias, que deben acudir a sus trabajos haciendo verdaderos esfuerzos para encontrar con quién dejar a sus hijos e intentando que esta situación no los altere, ya que el cambio en sus rutinas, para muchos de ellos, es de vital importancia.