¡Qué pellets ni qué poll…s!

25 de xaneiro 2024
Actualizado: 18 de xuño

La palabra favorita del público para el mes de enero de 2024 es, sin duda, pellet, pero el de plástico, no ese que da calorcito. Ese que se cayó a paladas de la cubierta de un carguero de bandera de conveniencia

La palabra favorita del público para el mes de enero de 2024 es, sin duda, pellet, pero el de plástico, no ese que da calorcito. Ese que se cayó a paladas de la cubierta de un carguero de bandera de conveniencia.

Pellet: el vocablo que a cosquilleado los labios de todos nuestros políticos, con independencia de su rubio de bote ideológico, sacándose la foto, durante un hola y un adiós, en una playa cualquiera, asintiendo "preocupados" como aquellos simpáticos canes que señoreaban las lunas traseras de los coches de nuestros padres. Arañando con las uñas ensangrentadas algún voto y mirando el reloj que toca ir a otro mitin en coche oficial.

Lo bueno es que esto les está saliendo el tiro por la culata a los políticos, pues más que extraer del mar kilos de pellets, se están recogiendo toneladas de basura y plásticos de todo tipo que a saber de cuándo estarán ahí. Otra cosa, es que se termine haciendo algo real, como en esas cachondísimas convenciones del clima a las que asisten nuestros queridos representantes nacionales en avión privado, en vez de intervenir por videoconferencia (¡qué cosas!).

Políticos y, luego, otros descamisados, haciendo creer al vulgo que esos pellets representan un atentado sin precedentes para nuestras costas, como si en el mar no hubiera basura para aburrir. Que se lo dijeran a Jacques Cousteau o al mismísimo Félix Rodríguez de la Fuente, quien en riguroso blanco y negro ya nos advirtió que nos ahogaríamos en plástico. Y recordemos que el Amigo de los Animales murió, en riguroso color, en 1980.

Estoy cabreado, porque parece que ahora, en esta "Era de Acuario" 2023-24, nos hemos dado cuenta que tenemos envenenados los mares, cuando ya son viejos los artículos científicos en los que se demostró que los microplásticos ya se encuentran hasta en la leche materna y el semen humano.

Estoy cabreado y se me revuelven las tripas cuando veo a un político con pellets de plástico en la palma de la mano. Y esto tiene una génesis personal. Sabrán tan bien como yo que nuestro Concello se vanagloria de escuchar a los conciudadanos, para eso se habilitó un portal de sugerencias. Pues hace unos años presenté una instancia a nuestro Concello solicitando la creación de una unidad especializada de limpieza de ribera que se encargara de los márgenes y del propio caudal del Gafos y del Lérez, en cuyas aguas, en cualquier vagabundeo, se cuela en el ojo la mota de polvo plástico de ver bolsas, botellas, fragmentos de poliestireno expandido, etc., flotando corriente abajo, rumbo a lo desconocido.

Por un oído entró y por otro salió.

Ni se molestaron en contestarme.

Por eso me cabrean estos nuevos rainbow warriors de agitadas siglas políticas que se han paseado por nuestras playas a un suspiro de esas señaladas elecciones autonómicas que ya comienzan a irritar.