Llevo unas semanas pensando cómo enfocar este artículo. Si dirigirlo directamente a los trabajadores de Elnosa, en una carta abierta, o dirigirlo a toda Pontevedra. Al final me he decidido por la segunda opción. ¿Por qué? Porque creo que es algo que va más allá de los empleados de una fábrica concreta y que puede tomarse como un síntoma de lo que ocurre en esta ciudad.
Elnosa cierra. Y los 61 empleos directos, de calidad, con buen sueldo y un convenio que para sí quisiera la mayoría de los trabajadores de empresas privadas de
Pontevedra, dejarán de existir en breve.
Desde que llegué a la presidencia del PP de Pontevedra en primavera me he esforzado en hacer entender a la ciudad que Elnosa no era sólo una empresa. A veces las palabras, de tanto repetirlas, acaban perdiendo sentido. Elnosa eran esas 61 familias pontevedresas que iban a trabajar cada día a ganarse un sueldo honrado. Sin embargo, han sido tratados casi como delincuentes, como una enfermedad a extirpar, como algo negativo que frenaba no sé qué progreso imaginario.
No consigo entenderlo. No consigo entender en base a qué cuento chino se ha contado que Pontevedra va a ser más rica sin esos 61 empleos. Llevamos años
instalados en un relato que nos ha impedido ver la realidad. Porque no sólo vamos a perder esos 61 puestos de trabajo, sino que hemos expulsado de Pontevedra una inversión de 55 millones de euros que convertiría a Elnosa en una planta con casi 150 empleos.
Repito: 150 empleos. 150 personas con un buen sueldo que vivirían, gastarían y consumirían en Pontevedra, en los comercios de Pontevedra y en los negocios de Pontevedra. Ahora vivirán, gastarán y consumirán en Torrelavega.
¿Qué alcalde se puede permitir que 150 empleos se vayan a otro lugar? ¿Qué alcalde asiste impasible a que 17 familias que tenían aquí un empleo asegurado hayan tomado la decisión de emigrar a más de 500 kilómetros, lejos de su vida, de sus familias y de su tierra?
Por eso miro con envidia a Torrelavega y veo cómo el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha recibido la inversión que ha despreciado Pontevedra como
una "muy buena noticia". Normal. Sabe que Torrelavega, igual que le pasa a Pontevedra, tiene la tasa de paro más alta de su comunidad. Por eso es consciente de lo importante que es ese empleo para que Torrelavega avance. El BNG de Lores parece cómodo en esa posición a la cola del empleo. Su fiesta celebrando que 61 pontevedreses se fuesen a la calle es sólo un ejemplo. Yo me rebelo contra ese pasotismo y ese desprecio cuando la ciudad tiene un problema tan grave.
Como digo, este artículo pudo ser una carta abierta dirigida a los trabajadores de Elnosa. A ellos les digo que entiendo su frustración, su tristeza y su rabia. Lo que le digo a la ciudad es algo muy claro: Pontevedra necesita empleos. Cuanto antes lo asumamos, antes empezaremos a conseguir una ciudad aún mejor.