La risa y el buen humor

22 de xullo 2023
Actualizado: 18 de xuño 2024

En un estudio, llevado a cabo en la Universidad de Michigan, sobre más de 400 personas mayores de 65 años, se llegó a la conclusión de que aquellas personas que más ríen son las que más viven

Hoy que todo el mundo parece enfadado o falto de ganas de reír, que los programas que se dicen de humor en T.V., no son más que una serie de palabras mal sonantes y gestos de gusto dudoso, hoy repito, ver por la calle una sonrisa franca, una sonrisa abierta, que comunica el bienestar que lleva dentro la persona que la posee, es como para gritar desde lo más profundo, es verdaderamente un regalo.

 

En un estudio, llevado a cabo en la Universidad de Michigan, sobre más de 400 personas mayores de 65 años, se llegó a la conclusión de que aquellas personas que más ríen son las que más viven, porque su buen humor les hace ser más generosas con los demás, transmiten alegría a los que están tristes, quitan importancia a los problemas más difíciles y, en definitiva, ríen y hacen reír a los que tienen cerca.

 

También en el archipiélago de Okinawa, situado al Sur de Tokio (Japón) se descubrió que es allí donde se concentran el mayor índice de personas longevas y que esto es debido a su forma optimista de afrontar los problemas que les presenta la vida.

 

Hace años, cuando no se tenía nada, pero nada de nada, las personas reían más, porque "no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita", las gentes reían y cantaban, ellos cuando se afeitaban y ellas cuando fregaban los suelos de rodillas, porque ese bendito artefacto, llamado fregona no se inventó hasta hace relativamente pocos años (1956) y los pisos se fregaban como pidiendo perdón.

 

Cuando contemplamos las caritas de los niños de ese mal llamado tercer mundo, muchas veces atacadas por las moscas, en cuanto logran apartarlas de un manotazo su rostro sonríe, parece un milagro, pero es que en su forma de vivir también hay un lugar para la sonrisa.

 

San Francisco de Asís prohibía a sus frailes la tristeza, les decía que era "una enfermedad babilónica" y San Benito decía al encargado del monasterio que cuidase de que todo fuese bien, con el fin de que nadie estuviese triste porque el humor y la alegría es salud; según el escritor aragonés Benjamín Jarnés, la alegría se apoya en 4 puntos: gracia, verdad, bondad y poesía, mezclando estos componentes no puede haber tristeza, porque el humor no es el chiste fácil, no trata de provocar carcajadas (casi siempre a destiempo) es mejor la sonrisa, provocada por nuestras propias limitaciones, sin amargura. Emerson decía que "la alegría cuanto más se gasta, más se queda".

 

Sonriamos al mundo aunque éste no nos dé muchos motivos, la tristeza de cada uno, es mejor llevarla en la intimidad y no dar la lata con nuestros problemas a los demás. ¡Ja, ja, ja!.