Normalmente, cuando alguien tarda mucho tiempo en responder a una cuestión a la que se ve interpelado, es porque intenta esconder algo. Es lo que le pasó a Feijoo, cuando le preguntaron por los ingresos que recibe desde que es presidente del partido. Tardó en responder y, además, no dijo la verdad.
Le dio tantas vueltas al asunto, que se le colaron treinta mil euros en su cuenta de ingresos. Pero tampoco le demos demasiada importancia porque, ¿a quién no le ha pasado algo parecido? Treinta mil euros más o menos son poca cosa. El problema es que, en el caso de Feijoo, no fue un olvido, lo evitó con la intención de engañar. O mejor, mintió, que es lo que mejor sabe hacer.
Feijoo obvió los 31 mil euros que recibe por ser el portavoz del partido en el Senado, cantidad que, sumada a los 70 mil de sueldo de senador, y a los 39 mil con los que el partido le complementa su salario como senador, arrojan una cantidad, nada despreciable, de 140 mil euros anuales. Posiblemente, Feijoo no dijo la verdad porque sabe que gana mucho dinero y eso no iba a ser bien recibido por la sociedad. Sobre todo, porque cobra tres salarios; si por lo menos fuese una sola nómina…
Por cierto, sus ingresos son ligeramente superiores al salario mínimo al que, su partido, siguiendo indicaciones suyas, se negó a votar a favor de incrementarlo. Pero dejemos eso, que sería hacer demagogia. El caso es que el asunto hay que contextualizarlo teniendo en cuenta las propias palabras de Feijoo, cuando afirmó que "en España, si quieres ganar dinero, no te dedicas a la política". Esta declaración de intenciones, ha alcanzado una relevancia extraordinaria con el tiempo, porque contrasta con los tres ingresos que recibe y con los que, sin duda, no parece que tenga problemas para llegar a fin de mes.
Es probable que fuera esa idea, la de que en política se gana poco, la que le llevó a explorar otros caminos, con ciertas amistades que se dedicaban a actividades más lucrativas, como el contrabando. Quién sabe si Alberto llegó a valorar la posibilidad de asociarse con su amigo Marcial para trabajar en el sector y ver incrementados sus ingresos. Tampoco sabemos si lo rechazó por la peligrosidad del trabajo. Sabe que en política los errores o la mentira no tienen consecuencias, pero en el mundo del narcotráfico o el contrabando, te puedes jugar la vida.
En fin, Alberto Núñez Feijoo, es aquel chaval de aldea que quiso ser funcionario de la Xunta, que coqueteó con la empresa privada en el sector del contrabando y que ha acabado empleándose en la política porque es el único sector en el que puede desarrollar su mejor cualidad, la mentira.