"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Juan es uno de los que encarna a la perfección la esencia de la frase de Bertolt Brecht.
La vida de Juan está entrelazada con la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra desde su nacimiento. Aunque por circunstancias diversas no pudo ingresar en el Cuerpo, su devoción y compromiso con la institución son palpables en cada uno de sus actos, ayudando, colaborando y participando con su generoso corazón benemérito. No hace falta llamarlo, la Comandancia sigue siendo su casa y siempre se anticipa a los acontecimientos relacionados con la Guardia Civil, especialmente en la celebración de la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de este Cuerpo, que la vive y la siente con intensidad y pasión. Su lealtad y dedicación son inquebrantables y su apoyo es inestimable para quienes lo rodean.
Pero lo que realmente destaca en Juan es su generosidad y espíritu solidario. Su corazón es tan grande como su compromiso con la comunidad. No se limita a ser un amigo, sino que también es un defensor incansable de la seguridad y el bienestar de su ciudad. Como voluntario de Protección Civil ha demostrado una y otra vez su fortaleza y sacrificio en situaciones de crisis. Con el vigor, la firmeza y la constancia, que predica el himno de su querida Benemérita, ha superado no una, sino dos enfermedades graves en los últimos años, y su determinación lo ha llevado de vuelta al frente para continuar desempeñando sus funciones en Protección Civil con la misma pasión y profesionalidad que siempre lo han caracterizado.
En un mundo donde a menudo la dedicación y la constancia se ven eclipsadas por el paso del tiempo y las adversidades, Juan es un faro de esperanza y un recordatorio de que existen personas cuyo compromiso es inquebrantable. Ha luchado toda su vida, no solo por sus sueños y metas, sino también por el bienestar de los demás, de su familia y la seguridad de su comunidad. Es un ejemplo viviente de lo que significa ser imprescindible.
En definitiva, Juan es un amigo y un servidor público ejemplar que lleva la Guardia Civil en sus venas. Su vida y su compromiso se refleja perfectamente en la frase de Brecht, recordándonos que los imprescindibles son aquellos que luchan toda la vida, sin importar las adversidades. Su influencia positiva en la comunidad y en quienes lo rodean perdurará mucho más allá de sus propias luchas personales.
Gracias por seguir ahí al pie del cañón. Con tu amistad pude comprobar que para sentir y profesar los valores de la Guardia Civil no es imprescindible vestir el uniforme.
iFeliz día de la Patrona!