La biblioteca de Jesús Muruais

03 de novembro 2017
Actualizado: 18 de xuño 2024

 Fue Ponteve­dra lugar donde se ubicaron varias y muy ricas bibliotecas particulares a finales del siglo XIX y comienzos del XX, entre ellas la más importante fue la de Jesús Muruais, que reunió más de tres mil volúmenes y una cantidad fabulosa de periódicos y revistas.b>

La biblioteca es un fenómeno literario y cultural estrechamente vin­culado con un status social en la España del siglo XIX. La constitución de una biblioteca personal es claramente reveladora y más que suficiente para situar a su dueño dentro de una jerarquía social, es un "status symbol". Fue Ponteve­dra lugar donde se ubicaron varias y muy ricas bibliotecas particulares a finales del siglo XIX y comienzos del XX, entre ellas la más importante fue la de Jesús Muruais, que reunió más de tres mil volúmenes y una cantidad fabulosa de periódicos y revistas.

En la revista "Galicia Moderna" Enrique Labarta Pose, después de pre­sentarnos al autor de "Semblanzas Galicianas" como "el escritor gallego que mejor posee y con más acierto cultiva el difícil arte de la crítica literaria", nos dice:

"¡Y qué biblioteca aquella! Quizá no haya dos en Galicia que puedan igualársele. Dentro de sus estantes se apiñan aprisionados, desde la obra rara de la que solamente se hizo una pequeña edición de ejemplares numerados, hasta el libro popular que se extiende por el mundo literario. No bien se anuncia algo nuevo en literatura o arte ya está Muruais adquiriéndolo antes que nadie; y sin salir de allí, dentro del amplio salón, puede el más exigente pasar brillante revista a las obras de todos los grandes ingenios contemporáneos".

En la Casa del Arco lo importante era la literatura y la vida en París, con una monumental biblioteca que llegó a ocupar cinco o seis habitaciones de la planta baja. Asimismo fue centro de una de las más famosas tertulias ponteve­dresas, Prudencio Landín así nos lo detalla:

"Su tertulia era reducida y selecta. Los devotos de las letras allí encon­traban materia continuamente renovada de recreo, estudio y observación. Los volúmenes se contaban por millares.El juicio de Muruais -espíritu intensamente cáustico y crítico reflejado en sus Semblanzas Galicianas- era siempre un motivo de amenidad de recreo y de admiración para aquellos contertulios que en la bi­blioteca del ilustre escritor tenían abundantísimo material para su labor literaria y periodística".

Allí ejerció una gran influencia Jesús Muruais sobre don Ramón María del Valle Inclán, siendo decisivo en su formación literaria, asimismo, se empapó de modernismo. Valle Inclán estudió el bachillerato en el instituto de Pontevedra hasta 1885.

También en ella tomó contacto con las letras y los libros Víctor Said Ar­mesto. A ella asistían Torcuato Ulloa, Labarta Pose, Augusto González Besada, Álvarez Limeses, Castro Sampedro, el pintor Alfredo Souto Cuero, el científico Ernesto Caballero, Julio Cuevillas, Sergio Sanjurjo y otros pocos, más o menos asiduos, que convirtieron a la biblioteca de Muruais en uno de los, sin duda, más felices momentos de la cultura en esta ciudad.

La biblioteca de Jesús Muruais estaba al día de la actualidad literaria, así lo dejó escrito Simone Saillard, al mencionar como Jesús Muruais mantenía relación con casas editoriales de Madrid, Londres y París. Esta biblioteca po­seía la mayor colección de literatura francesa de toda Galicia. Tal como salían a la venta en Francia, ya estaba Muruais adquiriéndolos por mediación de una librería madrileña, probablemente la librería Gutemberg. En ocasiones, desde allí iban a parar a los talleres del encuadernador Corvera, de la calle Espejo de Madrid, y una vez esmeradamente encuadernados se enviaban a Pontevedra.

Poseía obras de todo tipo, pero sobre todo de literatura, tanto narrativa como poesía. Además también adquiría periódicos, folletos, revistas, láminas y todo tipo de material impreso que recibía de toda Europa. Tenía un gusto evi­dente por temas licenciosos o eróticos, lo que supuso que a su muerte, tanto su esposa como el consejero espiritual de esta, realizaran un expurgo que minó considerablemente esta extraordinaria colección. Afortunadamente, todavía quedaban muchos volúmenes custodiados por sus descendientes que fueron adquiridos por la Biblioteca Pública de Pontevedra y que hoy podemos consul­tar en la misma.