El punto neurálgico de la ciudad

30 de xuño 2017
Actualizado: 18 de xuño 2024

La plaza de la Peregrina se encuentra en pleno trazado de la XIX Vía Romana del Itinerario de Antonino, el mismo trazado que desde la Edad Me­dia sigue el Camino Portugués que se dirige a Santiagob> y donde se encuentra el lugar más significativo y emblemático de todo el recorrido jacobeo en nuestra ciudad, la capilla de la Virgen Peregrina.

La plaza de la Peregrina se encuentra en pleno trazado de la XIX Vía Romana del Itinerario de Antonino, el mismo trazado que desde la Edad Me­dia sigue el Camino Portugués que se dirige a Santiago y donde se encuentra el lugar más significativo y emblemático de todo el recorrido jacobeo en nuestra ciudad, la capilla de la Virgen Peregrina.

En el siglo XVIII se levantó esta original capilla, en un pequeño altozano, entre la puerta y torre de Trabancas y la torre dos Abades de la muralla medieval. En ese mismo lugar y en el siglo XV, adosadas al trozo de muralla, se construyó un grupo decasas destinadas exclusi­vamente a las mujeres públicas. El solar lo dio en foro el Concejo al re­gidor Jácome Rodríguez, con el pri­vilegio de que nadie tendría otras ni dentro ni fuera de la villa.

También en ese altozano y, seguramente, desde la concesión de la villa en 1180 a la mitra compostelana, existió en tal sitio el rollo indicador del nuevo señorío jurisdiccional. Consistía en una columna de piedra, de una o varias piezas, cilíndrica y terminada en una bola, cruz o pirámide, sobre una media naranja. Se situaba en las salidas y entradas de las villas, en las afueras próximas y en los sitios elevados, para mayor notoriedad. Solía tener las armas de la mitra, como los señoríos civiles lucían las suyas en los rollos de sus villas y cotos.

Este rollo desapareció al edificarse la actual capilla de la Peregrina. Suele confundirse el rollo con la picota, ya que era también una columna de piedra, pero con argollas y garfios, situada en plazoletas y sitios similares, a fin de obte­ner ejemplaridad de las penas tanto leves y de orden admi­nistrativo, como graves y propias de criminales. Hay noticias del rollo de la Peregrina de haberse utilizado como picota y por eso la puerta inmediata de la muralla llevaba, entre otras, esa denominación.

En esta plaza confluyen cinco calles:

-Calle Michelena. Calle que ocupa el camino denominado Poza das Rans, que bordeaba el tramo de muralla que se extendía entre la puerta de Santo Domingo y la de Trabancas. A partir de mediados del siglo XIX comienza el derribo de las murallas de Pontevedra. Pocos años más tarde se nombró como gobernador civil a don Ramón de Michelena, que transformó este camino en ronda uniendo el solar dejado por las murallas. La corporación municipal acordó en 1858 rotular esta calle con el nombre de este gobernador.

-Calle de la Oliva. El proyecto de 1854 ya recoge como tradicional el nombre de calle de la Oliva, denominación que alude a la presencia de un olivo. En 1895 se denominó Elduayen y el trazado era desde la plaza de la Peregrina hasta Mollabao. En 1901 recupera su tradicional nombre de la Oliva.

-Calle de la Peregrina y plaza. Recibe este nombre por el santuario aquí levantado. La calle se trazó sobre la Vía romana procedente de Tui en su entrada a la ciudad y que más tarde siguió el camino de peregrinación portugués a Santiago. La plaza se llamará en 1931 de la Libertad, la calle en 1843 se denomina Nodales, recuperando en 1854 su nombre tradicional, para llamarse de Salmerón en 1931, ninguna de estas denominaciones tuvo fortuna.

-Calle Benito Corbal. El 28 de abril de 1894 la corporación municipal acuerda denominarla calle del Progreso, desde la plaza de la Constitución (Herrería) hasta el nuevo hospital. En 1926 el presidente de la Sociedad Patronal de Pontevedra solicita que se le dé el nombre de Benito Corbal, por ser este personaje quien construyó más del 80% de sus edificios, esto fue respaldado por las firmas de más de dos tercios de los vecinos de la calle.

-Paseo de Antonio Odriozola. Desde la plaza de la Peregrina hasta la travesía de Aduana. El pleno municipal del 25 de febrero de 1988 acordó esta denominación en recuerdo del bibliógrafo Antonio Odriozola Pietas, ya que esta era la ruta habitual de este personaje cuando se dirigía al Museo. Anteriormente se llamaba paseo de las Camelias y, popularmente, rúa del Chocolate, por el tipo de pavimento utilizado.