El problema es conocido por cualquiera que haya querido entrar en coche a Pontevedra. En realidad, para cualquiera que haya querido entrar, para cualquiera que haya querido salir y para cualquiera que haya querido circular por nuestra ciudad. Los atascos se han convertido en un clásico. Hay zonas críticas que todos conocemos, arterias principales que se colapsan a menudo. Eduardo Pondal, Echegaray, General Martitegui, Domingo Fontán, Puente de las Corrientes, Orillamar, Reina Victoria, José Malvar…, pero en realidad hablamos de un problema generalizado.
La pregunta es si se ha estudiado cómo solucionar esos atascos, cómo ofrecer más y mejores espacios de aparcamiento que no produzcan vergüenza y enfado (como el situado frente al pabellón de deportes) o cómo conseguir que coger el coche en Pontevedra no sea un castigo.
¿Es necesario cambiar el sentido de algunas calles? ¿Es necesaria la presencia de agentes para regular el tráfico en horas concretas? ¿Es necesario activar más semáforos? ¿Dónde sería bueno crear nuevos aparcamientos? ¿Debemos ampliar el estacionamiento de servicio a 30 minutos? Son preguntas que todos podríamos hacernos y que llevarían a facilitar el trabajo de vecinos y autónomos y a mejorar la actividad comercial de Pontevedra, que falta nos hace.
Sabemos perfectamente qué suponen estas preguntas. Cuál es la respuesta que va a venir desde el BNG: criticar los atascos y la falta de aparcamientos es ir contra el modelo de ciudad. Es lo previsible. Siempre que se critica algo en Pontevedra, para el BNG supone ir contra el modelo de ciudad. Llevan así 21 años. Más de dos décadas ya.
Así que recordaré lo obvio: modelo de ciudad sí, claro que sí, pero en Pontevedra hay un problema con el paro y por eso somos sistemáticamente la ciudad de Galicia con más desempleo.
Modelo de ciudad sí, claro que sí, pero en Pontevedra hay un problema evidente con la basura, sobre todo en verano, porque se ha priorizado el compostaje dejando de lado la recogida tradicional y prorrogando un contrato de 1999 cuatro veces.
Y modelo de ciudad sí, claro que sí, pero en Pontevedra el tráfico y los aparcamientos siempre figuran entre los principales problemas para los vecinos de la capital.
Lores lo hizo bien en sus primeros años, pero eso no debe hacernos pensar que las cosas no pueden mejorarse, que 21 años después el cansancio es inevitable y deben buscarse ideas nuevas. Yo no me conformo con una ciudad bonita. Quiero algo más, y entre ese algo más está la realización de un estudio independiente de tráfico y aparcamiento que permita aplicar soluciones a lo que todo el mundo ve como un problema. Igual que nuestra presión permitió que el BNG rectificase y reconociese que Pontevedra necesitaba transporte público (trabajo costó), queremos que al menos se planteen un análisis de la circulación en el centro urbano. ¿Quién puede negarse a estudiar la solución a un problema?
Es hora de preguntarnos cómo conseguir un tráfico más fluido y cómo conseguir más lugares para estacionar. Para que Pontevedra siga siendo una ciudad preciosa para vivir, una ciudad para las personas, por supuesto, pero también una ciudad para los conductores que quieren circular sin amargarse al volante.