Hace unos días me enteré de una triste noticia, el fallecimiento en París del fotógrafo suizo René Robert a sus 85 años de edad, en la calle, causa de la muerte hipotermia (es decir murió de frio) tras caer en una calle y ser ignorado por los transeúntes, por cierto el que avisó, al verlo, pero ya era tarde, fue un indigente.
La explicación que se dio a la noticia, es que quizás lo confundieran con un indigente, lo que es más triste aún, es que estamos tan deshumanizados que podamos pasar por delante de una persona tirada en la calle, pasando frío, y no lo atendamos y pidamos ayuda, según creamos que sea su posición social.
Eso me lleva a recordar algo que oí de que en los primeros años del siglo XX, un locutor de radio, cuando relataba en las noticias un accidente (me parece que de tren) decía que afortunadamente los fallecidos eran de tercera clase.
La noticia del fallecimiento del citado fotógrafo se supo por un amigo suyo periodista y quizás se le dio la difusión que merece, al haber sido un fotógrafo de figuras del flamenco, es decir, había triunfado en la vida, para morir como se hacía, y no se si aún se hace en la India con la casta llamada los intocables, sin recibir atención, pasando por su lado ignorándolo (de los que se ocupó e hizo visibles la madre Teresa de Calcuta y su congregación).
También asistimos todos los días al daño que hacen las redes sociales, y el uso de las mismas, aparte de las mentiras y falsedades que transmiten y que calan en determinada población, generalmente la mas vulnerable y la más desinformada, incitando muchas al odio, provocando en ocasiones asalto a instituciones o de ataques a determinados colectivos o personas.
Además los insultos y descalificaciones hacia las personas en redes, tanto a nivel personal como profesional, provocan que muchas se den de baja en ellas, pues a todas les afecta, pero a las más vulnerables se les hace tal daño, que puede acabar en problemas de salud mental, e incluso en ocasiones, llevarlas al suicidio.
Y todas estas conductas, en las que a veces, se procede en efecto manada, se producen por la falta de valores en las personas, los valores y principios éticos son la base de una buena educación, fundamentales para la formación, para la convivencia en paz y para crear una sociedad más justa.
Las redes además entrañan peligro, al exponer la gente su vida, dando datos, con fotos incluidas, incluso de menores.
Son muy necesarios los cursos de formación en utilización de las redes, las unidades especiales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en colaboración con la comunidad educativa organizan cursos, jornadas o conferencias, y acuden a colegios e Institutos a impartirlos, advirtiendo de los peligros que el mal uso de redes implica (pornografía infantil, acoso escolar –bulliyng- y ciberacoso – ciberbullying-, etc) y es que el acoso escolar aún se ha agudizado más e infiere mayor dolor y se agudiza con el ciberacoso, llevando en ocasiones al suicidio a niños cada vez de menor edad y a adolescentes y jóvenes.
Es imprescindible educar en valores, enseñando el respeto al diferente, inculcando los principios de libertad, igualdad, fraternidad, justicia social, para poder lograr una sociedad más justa y tolerante.
La diversidad enriquece, y el respeto nos une, somos mejores cuando nos mezclamos.
Como dijo Mahatma Gandhi "No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacía la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia”.
Marica Adrio
Senadora PSOE por Pontevedra.