Desde la distancia

15 de decembro 2017
Actualizado: 18 de xuño 2024

¿En qué ha cambiado Vilanova en los últimos 25 años? ¿Qué logros, qué obras, qué infraestructuras, qué desarrollo económico, se ha producido en todo ese tiempo? Prácticamente ninguno, más bien todo lo contrario. Se ha producido un retroceso político y social de incalculables consecuencias

Desde la distancia todo se ve de otra manera. Los sentimientos cambian, se hacen más fuertes, y los análisis suelen adquirir una mayor objetividad. Es mejor alejarse un poco para ver las cosas más claras, porque cuando uno vive en el centro del asunto, puede acabar obcecado y sin soluciones. A todos nos pasa, y lo difícil es ver que necesitas de la distancia para aclarar las ideas

Desde ahí, desde la distancia, observo como el pueblo en el que nací languidece. Sin proyecto, sin liderazgo, sin ideas, sin nada. Estoy convencido de que tiene un enorme potencial, pero que no se aprovecha como se debiera. Creo que las cosas podrían estar mucho mejor, pero carecemos de dirigentes responsables con la altura de miras necesaria para, cuando menos, darse cuenta de ello. 

La política local se basa en el enchufismo de personas afines al partido para comprar voluntades a cambio de votos con el único objetivo de perpetuarse en el poder. Lo único que importa es que el partido gobierne. Bueno, más que gobierne, que consiga el poder, porque lo de gobernar es una quimera. ¿No deberían los partidos (no digamos ya los votantes) evaluar a sus políticos por los resultados? Seguro que los votantes sí, pero esperar que lo hagan los partidos es de una ingenuidad absoluta.

¿En qué ha cambiado Vilanova en los últimos 25 años? ¿Qué logros, qué obras, qué infraestructuras, qué desarrollo económico, se ha producido en todo ese tiempo? Prácticamente ninguno, más bien todo lo contrario. Se ha producido un retroceso político y social de incalculables consecuencias. ¿Cuál es el balance de gestión del partido que ha arrasado en las urnas durante los últimos veinte años?. Si los evaluamos por sus resultados, no habría uno que aguantase el tirón, y si fuesen empleados de una empresa privada, habrían sido relevados de sus funciones hace muchos años por su incompetencia.

Imagino que sucede lo mismo en otros tantos municipios, pero a mí me duele el mío. Endeudado por la mala gestión y la incapacidad de sus dirigentes que confunden la gestión de lo público con tener poder para que la gente les haga la pelota, y como lo único que se juegan es nada, dilapidan el dinero público. 

Pero no son los únicos responsables porque, ¿alguien se ha parado a pensar si su voto ha servido para algo? No hay ni gobierno ni oposición, únicamente aprendices de políticos sin formación ni información que no aspiran más que alcanzar algún puesto tranquilo donde cobrar lo que por sus propios méritos no conseguirían jamás. ¿Es esto lo que nos merecemos? ¿Cuándo vamos a despertar? ¿Cuándo va a aparecer alguien que haga política de verdad, que se preocupe por las personas y que sepa obtener el mayor rédito de las enormes potencialidades que tiene el pueblo? ¡Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho!