Continúa la locura en Oriente Próximo. Los muertos se cuentan por decenas de miles, en una masacre de la que Israel es el único responsable. El gobierno israelí ha entrado en bucle, asesinando a inocentes y calificando de antisionismo a todos los que llaman a mantener la cordura para que no se extermine a la población en Gaza.
Se puede, y debe, condenar a Hamás porque atenta, en primer lugar, contra el propio pueblo palestino, erigiéndose en libertadores cuando solo son terroristas. Pero mayor condena requiere la actitud israelí, a fin de cuentas, se trata de un estado supuestamente democrático que se dedica a hacer terrorismo de estado de forma indiscriminada contra civiles desarmados.
Las cifras que estamos viendo de fallecidos son inasumibles y merecen una condena rotunda por parte de todos. Sin embargo, esto no significa que todo el mundo sea antisionista, ni que se pretenda aniquilar al estado de Israel, simplemente es ver una realidad que se está llevando por delante a miles de personas inocentes.
Resulta desolador observar que no hay consenso en el análisis de la situación, y que no todo el mundo está de acuerdo en que la guerra contra civiles no es una solución. ¿En quienes pueden confiar los palestinos si, por un lado, se ven atemorizados por Hamás y por el otro bombardeados por Israel? ¿Qué les queda, si la comunidad internacional hace oídos sordos a tanta barbarie?
Israel lleva ninguneando a la ONU desde su formación como estado a la que, por cierto, le debe lo que es. Ha pasado por alto más de veinte resoluciones emitidas en su contra, en cuestiones como el desalojo de los territorios ocupados, la condena por el secuestro de un avión sobre territorio libanés, etc… Pareciera como si Israel tuviera barra libre desde la partición de los territorios en los años cuarenta, y como si el genocidio del que fueron víctimas les otorgase licencia para hacer lo que les venga en gana. ¿Hasta cuándo va a estar la humanidad en deuda con ellos?
Estamos ante un problema, a día de hoy, sin solución posible. Desde el mismo día del nacimiento del estado de Israel, se está viviendo allí una guerra perpetua a la que nadie quiere poner coto. Sería deseable que algún día la comunidad política internacional alcanzase a tener la cordura suficiente para encontrar alguna solución, pero parece que la creación del estado palestino, es la más sensata.