"Las claves del desarrollo sostenible futuro de Galicia pasan por impulsar las energías renovables y la movilidad verde, la transición para una economía circular, la prevención y control de la contaminación siendo imprescindible utilizar las mejores tecnologías disponibles y las mejores prácticas de gestión ambiental, la protección y recuperación de la biodiversidad y de los ecosistemas, si queremos conservar nuestro patrimonio natural, proteger nuestra salud y garantizar el futuro del medio ambiente de Galicia y del planeta".
Durante el período de exposición a información pública de la factoría de celulosa y lyocell que se pretende instalar en Palas de Rei, se presentaron innumerables alegaciones con propuestas concretas sobre este proyecto, que se ha politizado en exceso, radicalizándose las posturas debido a la falta de transparencia y que hay demasiados intereses en juego, cuando el único interés debe ser el futuro de Galicia.
Alzo mi voz para reivindicar que la trascendencia de un proyecto de esta naturaleza para Galicia requiere de un análisis objetivo, serio y riguroso, y de un trabajo pormenorizado que permita adecuarlo y adaptarlo a la idiosincrasia de A Ulloa, Terra de Melide y Deza, comarcas que tienen una gran riqueza agroganadera, turística y con un sector primario dinámico y modernizado, respetando sus fortalezas y potencialidades; además de implementar todas las medidas preventivas y/o correctoras necesarias en los procesos de producción que tendrán lugar en la factoría, utilizando las mejores tecnologías disponibles, al objeto de se garantice el desarrollo sostenible de la zona, sin verse afectada su naturaleza, y la calidad de vida y la salud de sus gentes.
La Administración y los organismos reguladores con competencias en este asunto tienen que apoyarse en el rigor científico y actuar con firmeza y determinación para que se cumplan estrictamente los estándares de calidad y la normativa vigente en la actualidad.
Se trata de minimizar al máximo los posibles riesgos y las consecuencias que pueda tener para el medio ambiente y garantizar un uso seguro de la instalación de esta fábrica para la salud de la población circundante, y muy especialmente el de las comarcas mencionadas, que serán las más afectadas.
Tiene que prevalecer el rigor de la ciencia por encima de cualquier otro tipo de intereses, nuestros gobernantes están obligados a velar por la sostenibilidad de Galicia y la salud de los gallegos.
La sostenibilidad ambiental supone un compromiso integral y transparente con el rigor de la ciencia, que tiene que ir mucho más allá cuando se trata del futuro de Galicia.
No es suficiente con evitar daños significativos al medio ambiente, sino que además se debe contribuir a la mitigación y adaptación del cambio climático, a la economía circular y a la protección de la biodiversidad.
Encontrar ese equilibrio tan necesario entre el desarrollo económico, el impacto en la salud y la sostenibilidad ambiental, es el único camino a seguir para que el promotor del proyecto pueda obtener la subvención de 250 millones € del programa Next Generation de la Unión Europea, y que la Administración autonómica gallega pueda dar luz verde a la puesta en marcha de este proyecto si cumple con todos los requerimientos exigibles.
Queda mucho camino por recorrer, no podemos equivocarnos, está en juego el futuro de Galicia.