El abrazo más reparador

21 de marzo 2025

Ningún padre debería sobrevivir a sus hijos porque, sin duda, es el mayor dolor que un ser humano puede sufrir. Pero el desarraigo de un hijo en vida es el paso previo

Como cada año, el 19 de marzo se celebra el día del padre, una fecha señalada en el calendario escolar para que los niños ofrezcan a sus padres el típico recuerdo de “te quiero papá”.

Con el tiempo, aquellos regalos se van quedando arrinconados en algún lugar de una estantería y, con frecuencia, las felicitaciones se convierten en algo mecánico, como una especie de obligación que el sistema nos exige, como la navidad y otras festividades.

Muchos son los hijos que no pueden celebrar este día con sus padres y muchos los que, por desgracia, cuentan con experiencias traumáticas que han marcado su vida para siempre. Hijos a los que un día como este les retrotrae a momentos desagradables relacionados con la figura paterna, como maltratos, agresividad, abandonos injustificados…

Pero también son muchos los padres que pasan el día del padre sin la presencia de sus hijos porque, por diferentes circunstancias, la vida los ha apartado de su lado. Las causas y los motivos son tan diversas como personas puede haber, y en cada caso las responsabilidades son, casi siempre, compartidas. Por eso me gustaría dedicar este humilde texto a los padres a los que la vida les alejó de sus hijos y han sido mutilados de su amor y de su presencia.

Ningún padre debería sobrevivir a sus hijos porque, sin duda, es el mayor dolor que un ser humano puede sufrir. Pero el desarraigo de un hijo en vida es el paso previo, el penúltimo grado de la mayor pena a la que se puede enfrentar un padre y a la que no se le encuentra consuelo posible.

Entonces, con los años, aquellos viejos recuerdos del colegio vuelven al primer plano y se convierten en el único nexo de unión con los hijos a los que un día estaban tan unidos. Es ahí cuando su olor, su risa, sus ojos de felicidad y su calor vuelven a inundar los sentimientos del padre que celebra este día solo.

Esto es para todos los padres, los que están acompañados, los que están solos, los que son queridos y los que son odiados, ojalá, que la vida les regale una nueva oportunidad y que algún día vuelvan a sentir el abrazo caluroso de sus hijos ausentes, el único reparador de cualquier mal.