125 años de la llegada de Echegaray a Pontevedra

29 de setembro 2013
Actualizado: 18 de xuño 2024

En el año 1.888, además de la llegada de la luz eléctrica a Pontevedra, aconteció otro importante suceso en nuestra historia, don José Echegaray y Eizaguirre visita por primera vez nuestra ciudad.

Fue con motivo de los Juegos Florales que se venían celebrando en esta capital desde el 11 de Agosto de 1.861. La enorme efervescencia cultural que vivía Pontevedra en aquellos tiempos propiciaba que cualquier intelectual que se preciase, quisiese formar parte del inmenso abanico de actividades que en esta villa se celebraban.

Echegaray llegó a Pontevedra invitado por don Eduardo Vicenti para participar el 4 de Agosto de 1.888 en nuestros Juegos Florales. Dicen los cronistas de la época que el discurso que pronunció arrebató al público que lo celebró con una aclamación como nunca antes se había presenciado. El primer Marqués de Riestra, prendido ante semejante talento, obsequió al dramaturgo con un terreno en Cantodarea (Marín), donde se mandó construir un chalet (años después el propio Echegaray diría que esos terrenos fueron fruto de una herencia familiar, teoría casi descartada por los expertos). A partir de ese momento Echegaray pasaría cuatro meses del año residiendo aquí y los ocho restantes pensando en volver a ella. "Cuando estoy acatarrado en Madrid, no creo que sea catarro, sino morriña de Galicia que tanto me cautiva" (De mi viejo carnet ⿿ Prudencio Landín).

De todas las facetas que cultivó Echegaray -política, científica o literaria- quisiera destacar una, la más sorprendente de todas y plenamente olvidada por los gobernantes pontevedreses que últimamente han creído descubrir la pólvora, digo la bicicleta.

Y es que José Echegaray fue el primer gran impulsor de la bicicleta en Pontevedra. ¡Aprendió a montar en ella a la edad de 63 años!, después de ser nombrado presidente de honor de la Sociedad de Velocipedistas de Madrid como ofrenda por su defensa de las dos ruedas. También fue socio de honor de La Unión Velocipédica Española y miembro honorario de la Ligue Velocipédique Belge. En su casa de Marín fue obsequiado con una bicicleta en 1895 y enseguida observó todas las posibilidades del velocípedo en este entorno. Entusiasmado con el regalo, pasó de la teoría a la práctica y se convirtió en el gran impulsor de la bicicleta en Pontevedra.

Sus paseos en ella transcendieron a la opinión pública y así el 12 de agosto de 1895, el Diario de Pontevedra recoge un testimonio de Echegaray en el que dice: "Ayer fuí en bicicleta a Pontevedra y volví sin descansar más que unos minutos a la vuelta. Son seis kilómetros de ida y seis kilómetros de vuelta próximamente, es decir un soberbio récord de más de 12 kilómetros. Tiempo empleado, media hora en ir y media en volver". Es de destacar en esta época también a don Eugenio Montero Ríos, que fue otro de nuestros ilustres vecinos que compartió pasión por el vehículo de dos ruedas.

Durante sus estancias veraniegas en Galicia se volcó en la promoción de la bicicleta. Participó activamente con el Centro Ciclista de Vigo en numerosas carreras e incluso ayudó a crear el primer Campeonato de Galicia que se adjudicó Waldo Gil. El éxito de la bicicleta fue tanto que -tal y como nos cuenta Ceferino de Blas- el alcalde de Pontevedra, según los periódicos de la época: "ha dado órdenes prohibiendo la circulación de velocípedos por las calles de Pontevedra".

29.09.2013