Hace unos días PontevedraViva recogía unas interesantes declaraciones de la concejala del Partido Popular en nuestro Ayuntamiento, Silvia Junco, refiriéndose a la necesidad de impulsar, dentro de las actuaciones del Concejo, más ayudas sociales con la toma de decisiones generosas y firmes que arrastren tras si un considerable aumento en las asignaciones al colectivo afectado con el objeto fundamental de cubrir plena y dignamente la situación de dependencia surgida en un tiempo donde es primordial recuperar la grandeza y el enfoque de valores aplicándolos a la atención y demandas cumplimiento de atender las demandas en el apoyo a las que estos valores dan pie como es la necesidad de apoyo de todo aquel que lo precise por imposibilidad propia ayudando a mejorar los casos atendidos a cargo de un personal que hace verdaderos juegos malabares en trece mil beneficiados, con el deseo de aumentar este numero en lo que fuere preciso, condensando esta esperanza con una frase que lo dice todo que recojo como titular de este comentario: "Pontevedra no debe ser un ayuntamiento sin alma".
Una sociedad tiene que mantener a los miembros de su grupo lo má integrados posible con la dignidad de ciudadanos de pleno derecho, sin fisuras ni diferencias en las cuestiones vitales más elementales, en un esfuerzo prioritario hacia una población que envejece en soledad e indefensión rodeada de carencias, sobre todo motoras. Faltan asignaciones para ir a la lista de necesidades e intentar cuadrarla con el listado de solicitudes de empleopara resolver lo mejor posible para que los Servicios Sociales también encuentren un alivio en su dificil trabajo del reparto
La economía de estos tiempos arrincona cada vez más a los vulnerables y el trabajador social se encuentra sin medios ante una demanda que precisa respuestas prácticas y efectivas.
Vivienda, agua, electricidad, alimentación, vestido..., son necesidades a cubrir que deben satisfacerse con puntualidad destinando, desde donde proceda y con prioridad, partidas economicas justas y adecuadas que, dentro de su carácter solidario además, son obligadas por ley.