El joven Samuel Koufie Kwesi, uno de los tres supervivientes del naufragio del Villa de Pitanxo, acudió en la tarde de este miércoles a la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra para declarar ante los agentes de la Policía Judicial que llevan la investigación sobre lo ocurrido en aguas de Terranova.
Según ha podido confirmar PontevedraViva, el joven de origen ghanés realizó una larga declaración ante los investigadores y volvió a confirmar su versión de lo ocurrido, un relato de hechos que apunta a irregularidades en la gestión del naufragio por parte del patrón del buque, Juan Padín también superviviente, junto con su sobrino, Eduardo Rial.
La investigación sobre el naufragio, que ahora lleva un Juzgado de Marín tras inhibirse la Audiencia Nacional, tiene como pieza clave la declaración de Samuel Kwesi. Tras el naufragio aportó una versión de los hechos coincidente con la oficial de la armadora y el patrón, pero, cuando llegó a España, la cambió la Guardia Civil y esas contradicciones fueron las que llevaron a abrir una investigación judicial.
Samuel había declarado a la semana siguiente del naufragio ante la Guardia Civil y ahora, tras realizar más averiguaciones técnicas y tomar declaración a nuevos testigos, los investigadores necesitaban contrastar de nuevo su testimonio y lo citaron en la Comandancia, a donde acudió acompañado por un abogado.
Tal y como ha podido confirmar este periódico, los agentes necesitaban que puntualizase aspectos de su declaración previa, entre ellos, los relativos a los chalecos salvavidas y trajes de supervivencia, pues tan solo el patrón y su sobrino los llevaban cuando fueron rescatados. Es obligación del patrón contar con estas prendas para toda la tripulación, enseñarle a usarlas con simulacros e indicarles dónde las tenían situadas, pero en este caso hay dudas sobre si se cumplían o no todos los requisitos que Samuel puede ayudar a disipar.
Las anteriores mareas de Samuel y también los primeros días a bordo del buque luego naufragado antes de llegar al punto del hundimiento también pueden aportar datos a los investigadores a tener en cuenta en sus próximos informes sobre lo ocurrido, pues pueden ayudar a conocer sus protocolos de trabajo y el lugar exacto en el que se encontraban cada uno de los marineros en el momento del naufragio.
El joven marinero detalló de nuevo los minutos previos al naufragio y la forma en la que actuó el patrón, pero también cómo fueron los días siguientes que pasó en el buque Playa de Menduiña Dos, la embarcación de Cangas que los rescató y llevó a tierra para su regreso a España.
En la investigación resulta clave la declaración de este superviviente y tanto la Guardia Civil como la Fiscalía le dan credibilidad y sostienen que la que no cuadra es la versión aportada por el patrón y su sobrino. Así, el informe de la Fiscalía sostiene que, tras analizar las actuaciones realizadas hasta el momento sobre esta causa, hay "indicios de que la versión primeramente ofrecida puede no ajustarse a la realidad, tratando con ello de eludir las posibles responsabilidades".
Una de las cuestiones que explica Samuel es que, tras el rescate, recibió presiones de la armadora y del patrón para adaptarse a la versión oficial. Esas presiones supuestamente ocurrieron en el buque que les llevó a tierra, de ahí que resulte importante pedirle nuevos detalles y resolver dudas sobre lo ocurrido mientras navegaban a Terranova, cóomo fue la convivencia con los otros dos supervivientes y si tuvo contactos con la empresa armadora y con ellos en los que recibió indicaciones.
En esta nueva declaración ante la Guardia Civil, Samuel mantuvo la misma versión y ratificó el testimonio ya aportado previamente tanto sobre esas presiones como sobre los momentos previos al naufragio.
El capitán mantiene que el motor del buque se paró a las cuatro de la madrugada y que las condiciones meteorológicas existentes en ese momento determinaron la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor ocasionando una cada vez mayor escora por babor. Según su versión, vista la situación, dio a la tripulación la orden de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y el chaleco salvavidas. Es en ese momento cuando hizo la llamada de emergencia (según los datos técnicos recabados, eran las 4:24 horas).
La primera versión de Samuel coincidía. Sin embargo, cuando declaró ante la Guardia Civil dio una versión absolutamente distinta de los hechos que este miércoles ratificó, en la que indica que el motor no se paró sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora.
Según esta nueva versión, el resto de marineros Ie gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero este se negó y, ya con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor. Frente a lo que aseguró el patrón, en ningún momento dio orden de ponerse los trajes de supervivencia, aunque él y su sobrino sí los llevaban.