Cerca de once horas después de su inicio, a las 20.20 horas de este martes, la Policía Nacional ha dado por terminado el registro realizado en la finca y la vivienda de la familia de Julio Araújo en el barrio de San Mauro, al lado de la capilla. Había comenzado sobre las 9.30 horas de la mañana y, con un breve descanso de dos horas a mediodía, se prolongó durante toda la tarde. Ya bien caída la noche, se dio por terminado sin que haya trascendido el hallazgo de pruebas contundentes que arrojen luz sobre la desaparición de Sonia Iglesias en agosto de 2010.
El registro se centró en el interior de la vivienda y en la finca de grandes dimensiones situada en la parte trasera de la casa y a lo largo de todo el día los agentes de la Policía Judicial y la Policía Científica de la Policía Nacional fueron sacando multitud de bolsas y cajas con pruebas para los vehículos policiales desplazados al lugar. No ha trascendido el contenido de esos recipientes, pero sí que se trata de numerosos elementos que ahora deberán investigar. Además, no se descarta que este moércoles se realicen nuevos registros, pero seguramente ya no en esta propiedad.
La casa es propiedad de la familia de Julio Araújo, excompañero sentimental de Sonia Iglesias, y la pareja llegó a vivir en ella durante una época al inicio de su relación y en los primeros años de vida de su hijo. Hace años que está desocupada, desde que dejó de vivir en ella el hijo mayor de Julio, fruto de una relación anterior. De hecho, en la actualidad está a la venta.
Julio Araújo estuvo presente durante todo el registro. Empezó a las 9.30 de la mañana cuando él llegó y él mismo cerró una de la cancillas de cierre de la finca a las 20.20 horas. Durante todo el tiempo acompañó a los agentes y estuvo arropado, desde cierta distancia, por sus hermanos y su primo. De hecho, llegó y se fue en todas las ocasiones en un vehículo en compañía de sus hermanas. El hombre, que en su día estuvo investigado en esta causa, no está en la actualidad ni investigado ni detenido.
El objetivo principal era localizar restos biológicos o incluso el cuerpo de Sonia Iglesias, pero el registro se aprovechó para recoger cualquier tipo de prueba que arroje luz en la misteriosa desaparición de la joven pontevedresa hace siete años y medio. Para ello, se centraron en los dos pisos y el desván de la vivienda y también en la finca posterior, un gran terreno con un muro central de separación.
Los agentes de las policías cientifíca y judicial de la Policía Nacional peinaron las dos partes del terreno, de unos 800 metros en total, centrándose en tres focos de atención, un pozo del que hasta tres vehículos de los bomberos de Pontevedra ayudaron a achicar agua; una fosa séptica; y una zona más próxima a la vivienda en la que realizaron varias excavaciones y catas en todas ellas. Caída la noche, había varios agujeros de gran tamaño en esta zona.
La Policía Nacional movilizó para el registro una treintena de agentes de la propia comisaría y desplazados desde Madrid. En concreto, se implicaron agentes de la Policía Científica de Pontevedra y de la Comisaría General de Madrid, agentes de la Policía Judicial que han llevado la investigación de la desaparición desde el principio, incluso durante los más de dos años y medio que la causa ha estado archivada, y unidades de apoyo para dar seguridad a todo el operativo.
El grueso de los agentes abandonó la vivienda a partir de las 20.00 horas de este jueves, un tiempo después de que anocheciese, pues era necesario que realizasen en horario nocturno algún tipo de comprobación que no ha trascendido. A las 20.20 horas se fueron Julio Araújo y su familia y los últimos policías se fueron y retiraron el cordón policial que tuvo la zona acordonada durante el día sobre sobre las 21.30 horas.
La causa para investigar la desaparición de Sonia Iglesias está reabierta, pero está declarado el secreto de las actuaciones, de modo que no han trascendido los motivos por los que se realizó este martes este registro en particular. Tanto en el juzgado como en la Policía Nacional mantienen un absoluto mutismo sobre este particular. El comisario provincial, Manuel Bouzas, acudió por la mañana y la tarde a San Mauro, pero no realizó declaraciones.
La vivienda ya había sido registrado en el pasado durante la investigación de la desaparición de Sonia Iglesias. La Policía habría estado hasta en tres ocasiones en el interior una de esas veces se localizó en el desván de la casa una pistola antigua que se investigó, pero quedó descartada toda implicación en este caso. De todos modos, el registro fue entonces superficial y este martes mucho más exhaustivo.