Faltaban pocos minutos para las cuatro de la madrugada del sábado cuando un vecino de la Rúa da Ponte de Ponte Sampaio despertó del sueño y entró en una pesadilla. Estaba durmiendo, pero le despertaron unos gritos que procedían del exterior. Salió al balcón y vio una escena que no se le olvidará jamás: "La estaba apuñalando. Yo le chillé que la dejara". Un simple gesto como asomarse a la calle le ha convertido en un testigo clave de un crimen, pues presenció cómo alguien estaba acuchillando a su vecina Conchi. Él no distinguió quién era, pero, con los datos aportados, y resultado de la investigación policial, detuvieron como presunto responsable al ex novio de la fallecida, José Antonio Lusquiños Bustelo, conocido como 'Coco'.
En la tarde del sábado, horas después del crimen y cuando lo tenía todo muy fresco, prestó declaración en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional ante los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que lleva la investigación. A ellos les aportó todos los detalles que recordaba, pero prefiere ser más comedido a la hora de hablar con la prensa.
Tampoco los investigadores aportan detalles de la investigación, si bien PontevedraViva ha podido saber que en estos momentos se centra especialmente en una tarea: buscar el cuchillo utilizado en el crimen, en el que podria haber huellas de él o restos de su ADN y también el sangre de la víctima. El detenido, que está en prisión por estos hechos, declaró que lo había tirado al principio de la pista en la que luego apareció su coche, en la zona de Ameán del lugar de Vilar, pero allí no lo localizan y no se descarta que en los próximos días le lleven a él a la zona para reconstruir sus últimos movimientos.
El relato de aquella noche es más estremecedor por momentos, y más si se tiene en cuenta la posibilidad de que el hijo de este vecino, menor de edad, haya llegado a ver el cadáver de Conchi Reguera Peón, a la que todos conocían porque vivía a apenas unos 40 metros del lugar, encima del bar Pescador, y era co propietaria de uno de los chiringuitos de la playa fluvial de Ponte Sampaio. La escena podría ser aterradora, pues, según se ha podido saber, tenía múltiples heridas de arma blanca. El propio testigo es muy gráfico al relatar que "la cosió a puñaladas".
En cuanto este testigo vio la escena, "fui a llamar a mi mujer, (le dije) que estaban apuñalando a una chica" y volvieron a salir al balcón, pero,en ese momento, "él se marchó y yo salí a la calle". Su intención era socorrer a la chica, pero "ya no hubo nada que hacer".
Su testimonio ha arrojado luz sobre algunos enigmas, como el lugar en el que se produjo el acuchillamiento. Él asegura que le dio las heridas mortales en el exterior del coche, pero desconoce si hubo un enfrentamiento previo, pues "cuando llegué ya la estaba apuñalando".
Su mujer también está considerada testigo de los hechos, pero ella no presenció tanto como él. Ninguno de los dos escuchó si él decía algo. En principio les parece que "no gritaba nada", pero no descarta otras posibilidades, pues "fue todo muy rápido y, además, estás como dormido porque son las cuatro de la mañana, oyes chillar...".
La fallecida sí que no llegó a decirles nada antes de morir. Cuando él y, luego, su mujer salieron a la calle ella ya estaba tirada y él había escapado en el coche de ella. Conchi "tenía una respiración como la gente mayor cuando respira mal, la pobriña ya estaba agonizando". Y es que "la cosió a cuchilladas". No lo olvidará nunca.