Los coches no dejaban ni un hueco en las cuentas del núcleo urbano de Ponte Sampaio, dejando una imagen que se ve en la parroquia tan solo en los días de la fiesta del Carmen. Decenas de vecinos caminaban en la misma dirección, todos con el ánimo bajo y con un único tema de conversación. Tras una pequeña parada en el cruce que une el centro con el lugar de Acevedo, todos confluían en el mismo lugar.
Su destino: el antiguo bar Pescador, que durante años fue centro neurálgico de la vida social del pueblo, pero desde este sábado aparecerá unido a la tragedia. Allí, encima del antiguo negocio, vivía Conchi y sigue viviendo su hermano. Allí todos los colectivos vecinales y políticos de Ponte Sampaio habían hecho un llamamiento conjunto de repulsa del crimen machista en el que murió su vecina y en solidaridad con la parroquia. Y la respuesta fue contundente, con cientos de vecinos apiñados entre la curva anterior a su casa y el puente romano gritando "justicia" y repudiando al "asesino".
Lupe Vidal, que reside a tan solo dos casas del Pescador, fue la encargada de leer el manifiesto de condena consensuado por los vecinos, en el que mostró la "rabia e indignación" que sienten todos ante el asesinato de Conchi Reguera Peón, que con 38 años se convirtió en víctima del cuchillo de su ex novio, José Antonio Lusquiños, con quien mantuvo una relación de apenas unos meses que se acabó en agosto, pero a la que él se aferraba tanto que en la madrugada del sábado le hizo la espera a pocos metros de casa y la cosió a cuchilladas.
Esa "rabia e indignación" no era necesario expresarla en palabras, pues se notaba ya en los rostros del vecindario, rojos del llanto unos, tristes todos. Tras guardar dos minutos de silencio, rompieron a gritar, todos al unísono: "asesino". El presunto autor del crimen estaba en esos momentos en el Juzgado de Guardia, declarando ante el juez que poco después decretaría su ingreso en prisión. Ellos lo sabían, a través de los medios, y tan sólo pedían una cosa: "que non volva quedar libre, que non saia máis, que pague polo que fixo".
La familia de Conchi no estaba presente, la velaba en la intimidad en el cementerio de San Mauro antes de un entierro al que pidieron a los vecinos que no estuviesen presentes. Siguen en shock y quieren llorar su dolor de forma íntima, pero conscientes de que los vecinos quieren darles el pésame y de que todo Ponte Sampaio está de luto, este lunes 26 celebrarán un funeral a las 17.30 horas en la iglesia parroquial. Una escueta esquela con los nombres de pila de sus padres, sus tres hermanos, sus tres hermanos políticos y sus tres sobrinos lo anuncia.
Quien no faltó a la concentración fue la clase política pontevedresa. Representantes del BNG, PSdeG-PSOE, PP y Ciudadanos quisieron mostrar su solidaridad a la familia y su repulsa por el crimen, que este lunes repetirán a las 12.00 horas con un minuto de silencio ante el Concello de Pontevedra y a las 20.00 horas en una concentración a las puertas de la Audiencia Provincial de la calle Rosalía de Castro convocada por la Plataforma Feminista Galega. Los vecinos de Ponte Sampaio acudirán en autobuses para unirse.
"Estamos de luto e indignados", manifestó la concejala de Benestar Social pontevedresa, Carmen Fouces, si bien encontró un "raio de esperanza" en medio de la pesadilla de la violencia machista, que "a resposta social é cada vez máis contundente e os machistas teñen cada vez menos lugares onde esconderse". El alcalde de Soutomaior, de donde es la familia del detenido, Agustín Reguera, trasladó su "consternación" mientras la diputada del BNG en el Parlamento de Galicia Montse Prado reclamaba "medidas estruturales" contra unha "violencia estructural" y la diputada socialista Patricia Vilán reclamó que la violencia de género se considere un "problema de Estado". El PP, representando por varios concejales y diputados, y Ciudadanos prefirieron dejar el protagonismo del acto a los vecinos.