Apuntalar dos ramas de este histórico árbol. Es el objetivo de los últimos trabajos programados para mejorar la calidad de vida del carballo de Santa Margarita, que sigue siendo objeto de continuas intervenciones para evitar su deterioro.
La redacción de este último proyecto, elaborado por un calculista, llevó cierto tiempo y pretende colocar exactamente en el punto preciso dos ramas: una de ellas crece hacia la carretera y la otra crece en dirección al centro de la ciudad.
Ambas tienen problemas de conservación por ataques de hongos o insectos ya tratados y también por pérdidas importantes derivadas de roturas u otros daños anteriores.
El sistema propuesto consiste en la disposición, bajo un punto escogido para cada rama, de un puntal de acero macizo articulado con una rótula en su base y articulado libre en la cabeza con un cojín de caucho bajo la rama y una cincha de amarre que envuelva la rama para evitar la caída del puntal con la fuerza del viento.
Estos puntuales nacen de sendas zapatas sin que su encofrado afecte a las raíces del árbol.
La solución que se propone es respetuosa con el carácter patrimonial del árbol y de su entorno, por eso limita la posibilidad de diseñar una estructura que incluya elementos aéreos. Además, la cimentación no debe afectar a las raíces, y la estructura que se ponga debe respetar el movimiento natural del árbol y su crecimiento.
Ahora, la puesta en marcha de esta solución está pendiente de la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio para sujetar dos ramas principales del árbol que corren riesgo de fractura y caída
Esta es la última fase de actuación en el carballo de Santa Margarita acordada por el Concello y la Deputación el pasado mes de agosto, tras la caída de una rama de 200 kilos el 31 de julio, y después de la evaluación realizada por la Estación Fitopatológica de Areeiro del árbol singular.
Hasta ahora se hizo una poda sanitaria para descargar el árbol. También se realizó un tratamiento biológico contra los insectos xilófagos y el pasado septiembre se hicieron labores de oxigenación de las raíces del árbol que están tapadas por firme de asfalto.
En todo este proceso, el Concello contó con el apoyo del departamento de medio ambiente de la Xunta de Galicia, que autorizó estas intervenciones.