Y vino una segunda ola con más muertes que la primera

Pontevedra
30 de diciembre 2020

El avance de la covid-19 no se ha detenido en este 2020. Despedimos el año en medio de la segunda ola de esta pandemia que está siendo más mortífera que la anterior y los expertos ya anuncian que habrá más embestidas

Zona de Urgencias en el Hospital Montecelo
Zona de Urgencias en el Hospital Montecelo / Mónica Patxot

El avance de la Covid no se detiene en este 2020. Despedimos el año en medio de la segunda ola de esta pandemia que está siendo más mortífera que la anterior y los expertos ya anuncian que habrá más embestidas.

El Ministerio de Sanidad indica que, en términos de mortalidad, la primera ola de esta enfermedad se extendió hasta el 10 de junio, y en Galicia se cobró 619 vidas. En el área sanitaria de Pontevedra O Salnés fueron 16. A día de hoy ya son 1.386 los fallecidos en Galicia y 77 en nuestra área sanitaria.

Hacia el final de la primavera la curva del coronavirus había logrado aplanarse. Eso generó una confianza que motivó que se relajasen las medidas, que no hubiese rastreos, que se hablase de una nueva normalidad solo para referirse al uso de las mascarillas o que se fomentase el turismo interno. Igual que ahora se habla de "salvar la Navidad" antes se habló de "salvar el verano".

Las cosas empeoraron en agosto y empezó a crecer la llamada segunda ola con un aumento progresivo del número de contagios detectados.

Respecto a la anterior ola el número de víctimas mortales en Galicia es mayor. Pero la situación es distinta porque el conocimiento actual sobre el virus y la capacidad de detección son ahora mayores, Galicia realiza en la actualidad muchísimos más test que han sacado a la luz asintomáticos desconocidos, los sanitarios cuentan con herramientas terapéuticas y esta vez hay menos presión hospitalaria, un menor porcentaje de ocupación de las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo en las residencias de ancianos el virus se expande.

El Estado ya no marca la estrategia para hacer frente a la pandemia. Ahora es la Xunta la que establece las medidas y en esta segunda ola las restricciones son más laxas y prolongadas en el tiempo para tratar de dañar menos a la ya maltrecha economía. Pero a ellas esta enfermedad respondió peor, por lo que el descenso de la incidencia es lento.

Además de decretar el cierre de la hostelería, lo que generó numerosas protestas que aún perduran, la Xunta ha limitado en distintos grados y por municipios la movilidad de los gallegos y condicionó las actividades permitidas, como la práctica de deporte o las reuniones personales, que en algunos casos se limitaron únicamente a los convivientes.

En Pontevedra, el mayor número de infectados de coronavirus, según los expertos,se produce en las reuniones privadas.

Un último factor, en esta segunda ola, ha sido la denominada fatiga epidémica, que lleva a la ciudadanía a bajar la guardia y relajar el cumplimiento de las medidas de seguridad. Ahí es cuando se pierde el "sentidiño".

Con todo, en los últimos días diciembre llegó un halo de esperanza. La tan ansiada vacuna que, si todo va bien, hará que 2021 sea un año completamente diferente. Las primeras dosis ya se han comenzado a inyectar en España y en Galicia. Debería ser el principio del fin de la pandemia.