Éxtasis pontevedrés en la última jornada del ITU Multisport, en la jornada que todos los aficionados esperaban con impaciencia, el Campeonato del Mundo de triatlón de larga distancia disputado en las calles y carreteras de una ciudad volcada, que se echó a la calle para vivir una auténtica fiesta culminada con el papel de sus dos principales referentes, Javier Gómez Noya y Pablo Dapena.
Pese a llegar a la cita tras competir hace pocos días en las Series Mundiales y no haber preparado a conciencia la carrera, Gómez Noya dio una auténtica exhibición para agrandar su palmarés con un nuevo título mundial, sucediendo en el palmarés a su amigo y compañero Pablo Dapena, que también lo dio todo ante los suyos para subir al podio y lograr una espléndida medalla de plata.
La prueba comenzó con 20 minutos de retraso condicionada por la decisión de los jueces, posibilidad avanzada ya el viernes para el disgusto de la mayoría de triatletas profesionales, de reducir a la mitad el sector de natación, pasando de los 3.000 metros previstos a sólo 1.500 metros de la distancia olímpica. El motivo, cumplir la normativa de la ITU ante la baja temperatura de agua y ambiente.
Era una medida que a priori perjudicaba a las dos figuras locales, grandes nadadores. Quizás por esa circunstancia, intentando meter el máximo tiempo posible a los rivales que tenían en el primer sector su punto flaco, Gómez Noya realizó un tramo muy veloz para salir en solitario del agua tras sólo 20 minutos y 23 segundos. Tras él, a 10 segundos aparecía el danés Daniel Bakkegard, el francés Sebastien Fraysse y el actual campeón, el pontevedrés Pablo Dapena, muy bien colocado en cuarto puesto.
Empezaban 106 kilómetros de ciclismo, con un perfil exigente y en el que era importante regular. Tres vueltas en total a un recorrido que subía hasta el Pontillón do Castro para bajar después hacia San Antoniño y volver a la ciudad. En la primera de ellas, a la llegada al embalse, la cabeza de carrera se juntaba, con la distancia requerida al estar prohibido ir a rueda, en un trío entre Gómez Noya, Dapena y el danés Taagholt, sexto en la natación.
Poco después se sumaba el neozelandés Terenzo Bozzone, que había perdido cerca de un minuto en el primer sector y que tomó la delantera para intentar marcar su ritmo pasando líder al final de la primer vuelta, con cinco triatletas en apenas 7 segundos entre los que también estaba el francés Fraysse. Las distancias se mantenían en un estrecho margen y con el paso de los kilómetros aparecían nuevos nombres que llegaban recuperando tiempo, como el danés Hogenhaug, el suízo Ruedi Wild, el checo Lukas Kocar o el español Albert Moreno. Tanto era así que al paso de la segunda de las tres vueltas de ciclismo los 13 primeros clasificados estaban separados por sólo 33 segundos.
Noya marcaba de cerca al liderato, y así consiguió llegar a la última transición tras Bozzone y Kovacic, con Dapena pegado. El neozelandés Bozzone realizó una rápida transición para salir del CGTD con una ligera ventaja. Por delante, todavía 30 kilómetros de carrera a pie para decidir quién era el nuevo campeón del Mundo de triatlón de larga distancia.
En sólo un cuarto de vuelta, el pentacampeón mundial en modalidad olímpica tomaba ya el primer puesto con un fuerte ritmo de carrera, y ante el delirio de la numerosa afición local, Dapena se agarraba con uñas y dientes a su título para situarse segundo. La distancia entre ambos era de 17 segundos al paso por la primera de las cuatro vueltas.
No aflojó 'El Capitán', y se marchó con paso firme y un ritmo demoledor hacia la medalla de oro. Por detrás Dapena, que veía alejarse el liderato, se centraba ya en lo que tenía detrás, un Terenzo Bozzone que amenazaba su medalla de plata pero que fue perdiendo fuerza ante el pontevedrés, crecido por el apoyo del público. Tanto fue así que el neozelandés llegó a pararse del esfuerzo y perdió la medalla de bronce en beneficio del eslovaco Kovacic.
La última vuelta fue una celebración de toda Pontevedra que ya saboreaba la doble medalla de sus paisanos. Gómez Noya finalizó con un tiempo de 5 horas, 5 minutos y 39 segundos. Dos minutos después llegaba Pablo Dapena, que se tomó su tiempo para disfrutar del momento con los aficionados antes de fundirse en un emotivo abrazo con su amigo.
Todo un sueño para ellos, para la ciudad y para la organización del ITU Multisport, que pone un gran colofón presumiendo de campeones.