Histórico ascenso del Cisne a Asobal y un sinfín de competiciones suspendidas en el año de la covid-19

Pontevedra
30 de diciembre 2020

El año 2020 estuvo marcado por la pandemia, que obligó a suspender de forma abrupta todas las ligas y a cancelar decenas de competiciones. Fue en Pontevedra donde se celebró el Campeonato de España de Triatlón Sprint, el primer evento de ámbito nacional celebrado durante la crisis sanitaria

Categoría élite masculina del Campeonato de España Sprint de Triatlón

El curso de los principales clubes y deportistas de Pontevedra y sus alrededores estuvo irremediablemente marcado por la pandemia de la covid-19. Aunque las competiciones se vieron suspendidas de forma abrupta y el inicio de la nueva temporada estuvo repleto de incógnitas, el 2020 permitió celebrar un histórico ascenso del Cisne a Asobal, llevó al Poio Pescamar a la final de la Copa de la Reina y afianzó a la ciudad del Lérez como capital del triatlón nacional.

Además, Teucro y Arxil lograron la permanencia en sus categorías, mientras que el Peixe Galego volvió a caer a los infiernos del baloncesto autonómico después de una nueva aventura en LEB Oro, que concluyó de forma prematura por la pandemia sin descensos, pero los de Marín no pudieron cumplir con los requisitos para volver a inscribirse en la antesala de la ACB y deben comenzar otra vez desde liga EBA.

En el plano individual, la gran triunfadora de un 2020 tan atípico, hay que recordar que la cita olímpica de Tokio fue aplazada al 2021, fueTámara Echegoyen. La regatista pontedresa se proclamó campeona del mundo junto a su compañera Paula Barceló en la clase 49er FX, que les sirvió para asgurarse el billete a los próximos Juegos Olímpicos. Además el Club Bádminton Ravachol de Pontevedra logró el ascenso a la máxima categoría estatal, en la que el Tenis de Mesa Monte Porreiro volvió a conseguir la permanencia con solvencia.

En el mes de marzo, el estallido de la pandemia y el decreto del estado de alarma obligó a detener todas las competiciones. Muchas no volverían a reanudarse, fue el caso del balonmano. El parón cogió al Cisne en lo más alto de la tabla clasificatoria y en medio de un camino imparable hasta el ascenso.

Fueron semanas de incertidumbre con especulaciones sobre anular la competición, retomarla o darla por finalizada. Finalmente, en el mes de mayo, dos meses después del último partido, la Federación Española de Balonmano hacía oficial el ascenso de los blancos a la liga Asobal por primera vez en su historia.

El éxito tuvo que ser celebrado en diferido y, por supuesto sin abrazos ni multitudes. Además, aunque la plantilla sigue siendo prácticamente la misma que logró semejante hazaña, el club tuvo que doblar su presupuesto y mudarse al Pabellón Municipal para poder hacer realidad el sueño del ascenso.

Menos relevante fue el logro del otro equipo de balonmano de la ciudad. Acostumbrado a codearse con la élite del balonmano nacional, el Teucro sufrió el curso pasado para mantenerse en la División de Honor Plata y, aunque no estaba en puestos de descenso, se vio beneficiado de la decisión de la federación de suspender la liga sin descensos.

El cuadro azul sigue sumido en una profunda crisis institucional y económica que lo lleva a plantearse objetivos mucho más discretos y apostar por el talento local. Aun así, el Teucro volvió a copar portadas este verano al ser el primer equipo de las dos primeras divisiones nacionales en ser entrenador por una mujer. Irene Vilaboaes la entrenadora del conjunto pontevedrés. De dilatada trayectoria en banquillos masculinos y femeninos, la técnico asume con ilusión el reto de devolver, a largo plazo, al Teucro a la élite del balonmano español.

También histórica fue la temporada del Poio Pescamar. El cuadro rojillo se plantea cada vez objetivos más ambiciosos y, si bien en la temporada 2019/2020 no superaron el reto de clasificarse para la final a cuatro por el título de liga, sí que lograron meterse en la final de la Copa de la Reina, que se disputó este mes de diciembre. El cuadro conservero cayó por la mínima ante el Burela, pero pudieron demostrar que ya están capacitadas para luchar por títulos.

La nota negativa se la lleva el Peixe Galego. El equipo marinense había hecho historia por segunda vez en su corta historia al conseguir un ascenso meteórico desde liga EBA hasta LEB Oro, el segundo escalón del baloncesto nacional, en el que ya habían competido en la 2016/2017.

Sin embargo, la categoría le vino grande y el Peixe estaba en lo más bajo de la tabla cuando se suspendió la liga. La Federación abrió la opción de la permanencia, pero los estrictos requisitos económicos y las estrechez arcas de la nave peixiña hizo inviable la renovación de la licencia y los de A Raña cayeron, igual que en el 2017, a categoría autonómica. Además, la entidad creó este año su sección sénior femenina que milita en liga nacional.

Pero uno de los hitos más destacados del 2020 tuvo a Pontevedra como protagonista. La necesidad de evitar aglomeraciones de personas para evitar contagios por coronavirus era incompatible con la organización de grandes eventos. Sin embargo, las diferentes federaciones se pusieron manos a la obra para idear protocolos que permitieses celebrar competiciones en condiciones de máxima seguridad.

La Federación Española de Triatlón fue de las primeras en ver el suyo aprobado y el lugar elegido para ponerlo a prueba fue la ciudad del Lérez.

El primer gran evento de triatlón a nivel nacional, el campeonato de España Sprint, se celebró a finales de agosto en Pontevedra con centenares de participantes de todas las edades. Para hacerlo posible,la capital se blindó al tráfico rodado y peatonal y creó una burbuja alrededor del Lérez. Fernando Alarza y Anna Godoy fueron los mejores de una cita que marcó un antes y un después en el año de la covid-19 y, por si había dudas, reforzó a Pontevedra en su extraordinaria capacidad para albergar y organizar competiciones deportivas del máximo nivel.