A falta de que la Comisión Delegada de la Federación Española de Balonmano confirme el ascenso del Club Cisne a la Liga Asobal, los pontevedreses trabajan ya en cumplir los requisitos económicos que supondrá el reto de competir por primera vez en su historia en la máxima categoría.
Con un presupuesto que rondaba esta campaña en la División de Honor Plata los 220.000 euros, el Cisne calcula que deberá casi doblar esta cifra si pretende salir en Asobal. "Calculamos que nos harán falta 420.0000 o 425.000 euros", reconoce su presidente Santi Picallo.
Esto se debe por una parte al ingreso de la cuota de participación, que estiman estará situada sobre los 60.000 euros, y que será obligatorio formalizar una serie de contratos profesionales a los jugadores, de los que hasta ahora carecían. En concreto la entidad deportiva deberá contratar a tiempo completo a un mínimo de 7 jugadores y de manera parcial a 5, lo que disparará los costes de su plantilla.
"La idea es hacer todo lo posible por jugar y disfrutarlo", confirma el dirigente sobre las intenciones de consumar el ascenso, pero siempre con los pies en el suelo para "no morir de éxito bajo ningún concepto. Vamos a mantener lo que tenemos abajo e intentar jugar con todos nuestros jugadores arriba", explica Picallo.
Su intención por tanto cerradas las renovaciones ya del entrenador, Jabato, y de su ayudante, pasa por competir en Asobal con la misma nómina de jugadores que han liderado el curso en Plata hasta el momento de la suspensión, en el que predominan los jugadores pontevedreses y con importante peso de su cantera.
"Eso implica que tengas menos posibilidades que otros equipos", reconoce Santi Picallo, pero la filosofía del club no se toca.
Lo que sí variará por obligación en el caso de ascender es la cancha de juego, dejando el Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) para mudarse al Pabellón Municipal de los Deportes. "En el CGTD no podemos jugar. Con la pista azul hay que jugar todos los partidos, es obligatorio", confirma el presidente cisneista, que también alude a una "cuestión de aforo" y que espera además "poder entrenar allí".
Entre los muchos aspectos en los que trabaja ya el Cisne está a su vez el intentar cerrar la filialidad con un equipo de Primera Nacional para dar salida a opción a jugar a los hombres que menos minutos acumularon el último curso y también a los chicos que subirán desde a categoría juvenil, con la intención de recurrir a ellos para el primer equipo en el caso de que fuera necesario.