Sin oposición alguna y con la ausencia de destacados accionistas que optaron por delegar su representación. Así transcurrió la junta general ordinaria de accionistas del Pontevedra C.F.S.A.D., que tuvo como escenario el Teatro Principal de la ciudad del Lérez en la noche de este lunes. La primera de la actual presidenta, Lupe Murillo, al frente de la entidad granate, si bien la gestión que se sometía a aprobación no correspondía a su mandato, sino al de José Manuel Fernández, que también estuvo presente entre el público.
Poco más de una hora, concretamente 67 minutos, duró una junta que comenzó con 35 minutos de retraso sobre el horario inicialmente previsto, y con la asistencia de un total de 94 accionistas, que representaban el 81,02% del capital social de la entidad. Número ligeramente menor de asistentes que la junta del ejercicio anterior, que congregó a 116 personas, pero una cantidad considerablemente mayor en cuanto a la representatividad de las acciones, que entonces había sido de sólo el 59,72%.
Lejos de la tensión y enfrentamientos que marcaron las juntas más recientes, en esta ocasión la reunión fue una verdadera balsa de aceite, aprobándose todos los puntos sin un sólo voto en contra en ninguno de ellos, y apenas unas pocas abstenciones en la aprobación de las cuentas y en la ratificación de la propia Lupe Murillo en su cargo de consejera al que había accedido por cooptación.
En este sentido, sorprendente resultó que esas abstenciones procediesen en su práctica totalidad del colectivo de socios denominado Acción Granate, mientras los dos representantes de dicho colectivo, José Antonio Millán y Alberto Argibay, que ocupan sillón en el consejo de administración y estaban sentados en la mesa presidencial, votaron a favor.
En primer lugar se expusieron las cuentas anuales y balance de la sociedad, cerrado a 30 de junio de 2014, cuyos números ya fueron anticipados por PontevedraViva, y que reflejan un nuevo agujero en la economía del club, materializado en un déficit de la temporada 2013/2014, que asciende a 131.354,85 euros después de impuestos, con unas pérdidas sufridas en las actividades ordinarias que llegaron a cerca de 240.000 euros, mientras que las pérdidas totales antes de impuestos ascendieron a 171.524,44 euros. Estas cuentas, que como queda dicho corresponden a la gestión en la presidencia de José Manuel Fernández, se aprobaron con tan sólo tres abstenciones y ni una sola pregunta sobre las mismas.
Luego se informó del presupuesto de la temporada actual 2014/2015, casi a punto de finalizar, con unos ingresos previstos de 681.924,41 euros y unos gastos estimados de 619.050,00 euros, lo que deja un superávit previsto de 62.874,41 euros. presupuesto que por ser sólo informativo "no ha lugar a votación" en palabras del secretario Luis Durán.
Se aprobó renovar el nombramiento de la empresa Sogal como firma auditora del club, sometiendo seguidamente a ratificación el nombramiento de Lupe Murillo, que tampoco tuvo oposición alguna, pese a recoger un total de nueve abstenciones, procedentes de las filas de miembros del colectivo Acción Granate, que veían como Millán y Argibay no les secundaban en su postura.
"Este club está al corriente de pago con todas las administraciones públicas", afirmó Enrique Mariño
Acto seguido tomó la palabra la presidenta Lupe Murillo para dirigirse a los accionistas y dedicar unas palabras emocionadas de agradecimiento a todos, a sus compañeros, a su familia, a los medios de comunicación, puntualizando especialmente que su intención es mirar "hacia adelante. Manejamos un barco a la deriva con muchos problemas por resolver". Entre ellos citó a la cantera como una de las "grandes preocupaciones pendientes de resolver" y dijo que todo aquel que quiera aportar es bienvenido. Incluyó en sus agradecimientos al consejero José Antonio Millán "por haberse subido al barco", pero omitiendo citar en ningún momento a Alberto Argibay, el único miembro del consejo al que la presidenta no nombró para nada.
Luego, a preguntas de algún accionista, en el capítulo de ruegos y preguntas desde la mesa presidencial se indicó que "este club está al corriente de pago con todas las administraciones públicas", que el responsable de la base es Milo Abelleira y que el club cuenta en este momento con un total de 1.998 socios/abonados, mientras un accionista (Santiago Mariño) propuso la disolución del equipo filial, el Pontevedra B.