El cierre de la piscina olímpica de Ponte Muíños anunciado por la concesionaria del servicio, la empresa Supera, no sólo afecta a usuarios, clubes y a medio millar de deportistas federados de clubes locales sino que supone un importante contratiempo para la preparación de deportistas de élite y tecnificación, al ser una instalación usada por nadadores y triatletas becados en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD).
Allí se preparan deportistas internacionales como el vigués Antonio Serrat, habitual participante en las Series Mundiales de triatlón, o en menor medida el pontevedrés Pablo Dapena, entre otros, junto a los grupos de tecnificación de la natación y triatlón autonómico. Es por tanto una instalación clave para la buena saluda del deporte gallego, que se ha sacudido con la noticia.
"Por lo de pronto la sección de natación ya se quejó de que en cuatro semanas tiene el Campeonato de España Open, que es clasificatorio para Mundial y Europeo, y que se quedan sin piscina de 50. Estamos viendo posibilidades de derivarlos a Ourense a entrenar, pero tiene que ser algo a muy corto plazo", explica a PontevedraViva el director del CGTD, Jesús López.
El responsable del centro de tecnificación reconoce además que "todo el mundo me ha llamado para ver si teníamos sitio en el CGTD para los clubes de la zona", aunque "con la entrada de la natación artística habíamos liberado agua en la piscina mandando a los de natación a Rías do Sur para que hubiese espacio, y el problema ahora es que no vamos tener sitio para las tres secciones a la vez, va a ser un caos", señala.
En línea similar se muestra el presidente de la Federación Galega de Natación y vecino de la ciudad, Carlos Touriño, al entender que es algo que "nos hipoteca, nos mata, y entiendo que no es sostenible en el tiempo. Alguien se tendrá que hacer cargo de la instalación aunque creo que ya están en ello", explica en relación a los movimientos que se han realizado recientemente, antes incluso del anuncio de cierre.
"Creo que la empresa está incumpliendo el contrato y que lo hace como medida de fuerza. La gran solución sería dedicar esta piscina principalmente al deporte, a los deportistas locales y a nivel autonómico de manera estratégica tanto a nivel de entrenamiento como de competición, porque eventos en los que se pueden plantar 800 personas en Pontevedra al Concello creo que le interesa", incide Touriño.
En todo caso tanto el presidente federativo, conocedor de "la deriva que llevaba todo", como un deportista referencia en Pontevedra como Pablo Dapena se muestran críticos con la gestión que se ha llevado a cabo recientemente en la piscina olímpica.
Para el triatleta, campeón del mundo de larga distancia, "podrán echar la culpa al gasto energético pero esto viene de antes. La pandemia ha sido un desastre, no ha habido una gestión, un mantenimiento, ponían trabas para poder ir", enumera. Tanto que estos meses ha estado acudiendo a Ponte Muíños por la reforma efectuada en la piscina del CGTD pero cada vez la usaba menos.
"Me gusta nadar en piscina de 50 pero no me gusta ir dónde te ponen trabas, y ha habido veces en las que he usado neopreno para nadar y otras de beberme dos botellas de agua de lo caliente que estaba la piscina", revela un Dapena que como todos desea una pronta solución y un final feliz. "Ojalá Concello y Xunta se metiesen ahí, sé que no es una cosa fácil, pero ahora mismo se veía venir hace tiempo que esto iba a ser peor que el Titanic", concluye uno de los máximos exponentes del deporte local.