A final del mes de enero, si se cumplen las previsiones, las emblemáticas Galerías Oliva perderán su salida hacia la calle Gutiérrez Mellado. El inicio de los trabajos de demolición de los edificios que albergan estos bajos comerciales cegará uno de los pasos más usados por los ciudadanos.
"Nos han dicho que cierran el paso el 30 de enero", explica David Neira, presidente de la asociación que representa al medio centenar de comerciantes de estas galerías. "Va a ser un golpe muy duro porque por esa entrada la usa mucha gente", añade.
Sostiene que al perder esa entrada, quedando únicamente accesos solo por la Rúa Oliva, tres en un tramo de cincuenta metros, "el flujo de gente va a ser menor".
Y, lo que es peor, nadie les aclara si en el futuro, cuando se construya la promoción inmobiliaria que se proyecta en la zona, "habrá o no algún tipo de paso".
Carlos Mora, responsable de Zapatillería Mora, uno de los comercios más próximos a la zona que quedará cortada, coincide en que "es la zona de paso central" de las galerías, por lo que afirma que "lo ideal sería que lo dejasen abierto" para no perjudicar a sus negocios.
Además, lamenta que estas galerías, siendo como son un "espacio mítico" de Pontevedra, no hayan contado con una mayor protección urbanística que impidiese esta drástica modificación.
Preguntes a quien preguntes, ya sean clientes o comerciantes, nadie parece conforme con la situación en la que, si nada lo impide, quedarán las Galerías Oliva desde enero.
"Muchos de los clientes ya no pasarán por aquí e irán por fuera", lamenta Mari Carmen Castrelos, la gerente de Chicha Moda, otro de los negocios afectados.
Tanto es así que, según reconoce, "ya hay quien está buscando locales fuera de aquí", aunque por ahora "está la cosa difícil por los precios que se manejan".
Todos ellos confían en que estas galerías puedan sobrevivir y adaptarse a la nueva situación, al tener muchos de ellos una clientela fiel que siempre repite por la atención personalizada que reciben en todos estos comercios. Solo el tiempo lo dirá.