Una mujer se sentará en el banquillo de los acusados de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra como supuesta autora de un delito de homicidio en grado de tentativa por presuntamente intentar matar a su marido. Según la Fiscalía, estaba "decidida a acabar con su vida con tal de evitar que pudiera regresar al domicilio que ambos compartían".
El juicio se celebrará el próximo jueves 14 de octubre y en él la Fiscalía pedirá que la mujer sea condenada a cuatro años y medio de prisión. La mujer se encuentra en prisión provisional desde el día siguiente al intento de homicidio.
Los hechos ocurrieron en el partido judicial de A Estrada el 23 de julio de 2020 y, según la Fiscalía, la acusada "se encontraba bajo el influjo de la previa ingesta de bebidas alcohólicas, lo que le había producido "una intoxicación aguda de alcohol" que afectaba "de forma relevante" a su capacidad volitiva. La mujer padece un síndrome de dependencia de alcohol de años de evolución.
A la vista de esta situación, el fiscal pide que se le aplique una circunstancia eximente incompleta de ebriedad, además de otra agravante de parentesco.
La acusada y su víctima estaban casados y convivían. Aquel día, sobre las diez de la noche, estaban en el domicilio conyugal cuando se inició una discusión entre ambos. Durante la misma, la mujer, según la Fiscalía, cogió un cuchillo de hoja metálica con filo y acabada en punta incisiva, por lo que su marido decidió salir del domicilio.
A continuación, el hombre quiso volver a entrar, pero ella no le permitió la entrada, manteniendo cerrada la puerta. Entonces el marido optó por encaramarse a un pequeño galpón anexo y desde allí intentar acceder al interior a través de la ventana que comunica con la cocina. Sin embargo, ella le esperaba para evitar que entrase.
Según sostiene el fiscal, en el momento en el que él se asomó por la ventana, ella, "con el propósito de acabar con su vida", le propinó hasta cinco puñaladas, empleando el cuchillo usado en un primer momento y otro de cocina de unos 30 centímetros de largo, con hoja metálica de unos 20 centímetros de largo, con filo y acabada en punta incisiva.
La acusada dirigió las puñaladas hacia el abdomen y tórax de la víctima, mano derecha y pierna izquierda, existiendo riesgo vital por el medio empleado (cuchillos) y la localización y entidad de las lesiones. Alguna de las puñaladas fue profunda.
Tras el ataque, el marido abandonó el lugar y solicitó el auxilio de los vecinos, que avisaron a emergencias. Fue trasladado al Hospital Universitario de Santiago de Compostela, donde ingresó en la UCI. Dada la gravedad de las heridas y sus complicaciones, su salud no se estabilizó hasta el 20 de octubre y necesitó 92 días para curarse. Además, le quedaron como secuelas varias cicatrices.
El hombre renunció expresamente a reclamar a su esposa por estos hechos, si bien la Fiscalía sí pide que que indemnice al Servizo Galego de Saúde por los gastos ocasionados. También pide que se le impida aproximarse a menos de 100 metros de la víctima, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por él, así como de comunicarse con él por cualquier medio, durante un tiempo superior en siete años a la privación de libertad que se acuerde.