103 años cuidando la huerta y leyendo el periódico

Pontevedra
18 de mayo 2013

La centenaria de O Marco Carmen Estonllo ha celebrado este sábado su cumpleaños "muy bien" de salud y con una rutina diaria muy marcada. Lee la prensa, ve la televisión, sabe mucho de política y se dedica a cuidar las plantas de su huerta. ¿El secreto para pasar de centenaria? Siempre se lo dice a sus dos hijos: "vida sana y trabajar mucho"

1910 vio nacer a Carmen Estonllo Fontán. Desde entonces han pasado 103 años y sus dos hijos, dos nietos y tres bisnietos tienen la fortuna de empaparse a diario de la sabiduría que le ha dado haber pasado por los acontecimientos más importantes del último siglo. También de aprender sus lecciones de vida.

"Dice que su secreto para llegar a los 100 es la vida sana y que trabaja mucho", explica uno de sus hijos, Jesús García Estonllo. Y cumple a rajatabla sus consejos. "No fuma y toma siempre su caldito de vegetales, aunque come de todo". Eso sí, en algo no cede, "come siempre a la una y media".
Durante toda su vida adulta ha sido ama de casa y ha cultivando alguna que otra finca, siempre para consumo propio, pero en los últimos años ha dejado su faceta laboral y se dedica de lleno a sus hobbies. Son muchos, pero, sobre todo, las plantas. Tiene su propia huerta y se afana en cuidarla.

A pesar de su edad, está "activa siempre". Desde que llegó al centenario necesita la ayuda de un bastón para apoyarse en desplazamientos un poco largos y ha perdido un poco de oído, pero el balance que hace su hijo Jesús de su salud es que "está muy bien. Tengo más achaques yo con casi 80 que ella".

Vive con su otro hijo y su familia en O Marco y aunque intentan que lleve una vida pausada aún hay días en que quiere hacer la comida y preparar su cama. "Dirige a toda la familia", dicen los suyos. Y está muy al tanto de la actualidad, "lee la prensa, ve la televisión y sabe mucho de política, está al tanto de todo".

Carmen Estonllo celebró este sábado su 103 cumpleaños y, por cuarto año consecutivo, recibió la visita del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. Llegó con un ramo de flores en la mano y sopló con ella las velas de su tarta. Ella, "encantada", explica su hijo Jesús. "Cada año, cuando se va el alcalde dice que no quiere que vuelva, pero luego ya le está esperando, le hace gracia que venga", indica.