Los deseos del Ministerio de Hacienda de deshacerse de su antigua sede en Pontevedra, la situada en la Plaza de Ourense, va camino de crear algún que otro quebradero de cabeza en el seno del bipartito municipal. Tras conocerse esta intención, Antón Louro afirmaba que vería "con buenos ojos" su reconversión en un hotel de cinco estrellas, pero sus socios de gobierno tienen otros planes.
César Mosquera, que aseguró hablar también por el alcalde, apuesta porque este histórico inmueble mantenga su uso público y que, sea cual sea, su destino, se negocie con el Concello de Pontevedra. Se trata de dos condicionantes que se habían acordado con el Ministerio de Hacienda y de los que se han "olvidado" los actuales responsables del ejecutivo central.
El edil nacionalista recordó que ese edificio está calificado en el PGOU vigente como equipamiento y cuenta con una protección especial por su carácter de monumento, por lo que cualquier tipo de recalificación tendría que ser aprobada por el Concello de Pontevedra. Un paso posterior, apuntó, a una negociación con sus anteriores propietarios, los franciscanos, como así se acordó tras su desamortización.
"O Concello ten moito que dicir neste asunto e non vamos a aceptar que se faga esa subasta condicionada ao que teñamos que dicir", afirmó Mosquera, quien ya avanzó que, si Hacienda no habla con el gobierno municipal, el Concello podría negarse a facilitar su venta, al recordar que para que pueda tener un uso diferente al actual, habría que modificar, entre otros, el PGOU y el Peprica, ambas competencias municipales.
En todo caso, Mosquera aseguró que Hacienda está operando "lonxe de antecedentes recentes como o da Cámara Agraria e de criterios legais e de mercado". Cualquier operación obligaría a hacer un desembolso económico "insostible", ya que como edificio catalogado "non se pode tirar todo por dentro sen máis, hai que respectar o que hai e incluso destapar os antigos claustros o que reduciría a súa superficie nun 30 por cento".
El Concello lo sabe bien porque en el pasado llegó a interesarse por el edificio para trasladar allí sus dependencias. Por eso la posibilidad de convertirlo en un hotel también la ven "inviable salvo que o Concello asuma que vai a violentar a legalidade", especialmente en un contexto en el que "as cadenas hoteleiras non están facendo novos hoteis, senón todo o contrario intentan vender algúns dos que teñen".
"Ese é un camiño que non leva a ningún lado", explicó Mosquera, quien insistió en que tal y como está planteada la venta de este edificio "en principio, así non haberá colaboración". Dijo que la mejor solución podría ser "unha cesión gratuita ao concello" o, en cualquier caso, negociar con ellos el mejor uso a este inmueble, manteniendo, insistió su carácter público.