Ángela Rodríguez es desde hace un tiempo una de las caras más representativas de Podemos en Galicia. Pero, sin duda, la gran proyección mediática de esta pontevedresa licenciada en Filosofía, uno de los referentes del 15M en nuestra ciudad, se produjo cuando el pasado 20 de diciembre fue elegida diputada por Pontevedra en el Congreso. Formaba parte de En Marea, la candidatura gallega de confluencia que se presentó a las pasadas elecciones generales.
Pero ahora busca dar un paso más y dar el salto a la secretaria general de Podemos Galicia. No lo hace sola, asegura, sino acompañada de un equipo "coral" y propone que la formación morada supere la "desconexión" que en los últimos tiempos se ha producido entre su partido y la sociedad gallega. De todo ello habla en esta entrevista con PontevedraViva, con motivo de la presentación en Pontevedra de la candidatura que ella misma encabeza.
¿Por qué decidiste presentar tu candidatura para dirigir Podemos Galicia?
Doy este paso rodeada de mucha gente, de un equipo más amplio que los 34 miembros que debería tener el Consejo Ciudadano gallego porque éramos muchas las personas que estábamos trabajando en el partido en diferentes ciudades y diferentes contextos y que pensamos que teníamos que dar este paso para que el partido dejase de hablar de sí mismo y empezase a hablar de las políticas que tenemos que hacer y de cómo organizar la herramienta que es Podemos para ganar la Xunta de Galicia.
¿Estáis entonces convencidos de que el cambio es posible en Galicia?
Podemos es importante en el ámbito del cambio del Estado, pero también debe serlo en Galicia. Pensábamos que había que dar un paso para que la organización de una vez por todas fuera esto y no fuera una cosa que autorreflexiona constantemente sobre sí misma.
¿Y cuáles son los retos que os marcáis para Podemos Galicia?
Creo que es muy importante que el espacio de cambio que se abrió con En Marea sea ampliado. Y para ello hay que interpelar a la ciudadanía y a la sociedad civil en general, incluso en otros ámbitos políticos a los que todavía no hemos llegado. Pero creo que quizá el gran reto es que Podemos se convierta en parte de esa herramienta de cambio para lograr que las cosas cambien. Me parece que aún no hablamos ni escuchamos suficiente a la gente.
¿En qué sentido?
Hay que volver a pensar en un Podemos más de los círculos, del trabajo del día a día, de volver a repartir cosas y de pensar sobre todo en las personas y no en un partido de despacho y encerrado en sí mismo. Después de los resultados del 20 de diciembre, parece que de verdad el cambio puede pasar en Galicia y por lo tanto el reto que tenemos por delante no es menor.
Oyéndote hablar, parece que la ejecutiva que encabezaba Breogán Riobóo como secretario general es la que se ha alejado de los ciudadanos...
En parte sí. Creo que sobre todo perdimos la ilusión del principio y los motivos fundamentales por los que irrumpió Podemos y por los que merece la pena conformar una herramienta como esta. Está claro que si no somos capaces de alegrarnos de los resultados de las elecciones estatales y no somos capaces de pensar que En Marea, con todos sus defectos, fue una gran victoria de la ciudadanía gallega, entonces estamos equivocados.
"Las direcciones de una sola persona llevan a tomar decisiones demasiado autoritarias, exclusivas y poco representativas de lo que es una organización"
¿De quién es la culpa entonces?
Esa sensación que Breogán transmitía de que era un mal resultado y que todo era muy negativo, mucho tiene que ver con la desconexión con la gente. Estaba encerrado en que el partido fuese una cosa y no otra, cuando quizá Podemos debe ser lo que la ciudadanía quiere que sea. Estábamos un poco desconectados de la sociedad.
¿Y cómo se conjuga el hecho de ser diputada en Madrid con la secretaría general en Galicia?
La clave será el resto de la gente que conforma la candidatura. Nos tomamos muy en serio el tema este de la coralidad. Lo dijo mucho Manuela Carmena o Ada Colau. Creo que es algo que tiene que ser un compromiso real y no solo una etiqueta o un hashtag que se le pone. Las direcciones de una sola persona llevan a tomar decisiones demasiado autoritarias, exclusivas y poco representativas de lo que es una organización.
¿Pero cómo será tu ejecutiva si ganas estas primarias?
Es un reto para nosotros que la dirección vayan a ser varias personas. Será colegiada, la estrategia la decidará todo el Consejo Ciudadano, al que queremos incorporar a representaciones de los círculos territoriales. Yo estaré tres días a la semana en Madrid, pero estaré con la cabeza aquí y haré política pensando en Galicia. Me parece que eso es lo importante. Para nada es un problema, sino una oportunidad. Estamos en una buena situación.
Da la sensación que Podemos está en una carrera de fondo de cara a las elecciones autonómicas...
Estamos en un maratón de sprints desde hace un par de años. No me preocupa, porque la gente que estamos en Podemos lo que sabemos es correr. Esto nos hace cometer errores, pero también ser especialistas en adaptarnos a todo tipo de situaciones. Sabemos cambiar de estrategia política cuando es necesario. La guerra de posiciones de la que habla Errejón la tenemos interiorizada y es algo que bueno para los tiempos que corren en política.
En un año ha cambiado todo con la irrupción de las mareas. Tenemos que reestructurarnos y reorganizarnos para que los flancos se reagrupen de nuevo y podamos volver a atacar. Pero sobre todo necesitamos tener un debate político en el seno de la organización para ver los próximos pasos a seguir. Y este debate en Podemos es sano democráticamente. La ciudadanía es la que debe decir lo que debe ser el partido.