Con motivo de la celebración del Dı́a Internacional de la Mujer y de la Paz, no puedo más que comenzar recordando y hacer un homenaje a todas esas mujeres y niñas, anónimas, que están sufriendo por Guerras, regı́menes autoritarios, hambre y explotación, falta de libertades y que ven pisoteados sus derechos, huyendo con valentı́a en pateras u otros medios, poniendo en peligro sus vidas. A las afganas que las han privado de todos sus derechos, obligándolas a ser muertas en vida, silenciándolas, condenadas a vivir en la oscuridad, pero muchas siguen luchando como pueden contra el sometimiento. Como dijo Simone de Beauvoir "Le cortan las alas y luego la culpan de no saber volar".
Quiero una vez más, condenar la guerra de Putı́n, y mostrar mi solidaridad al pueblo ucraniano, personiIicando a todas las mujeres, en la pintora y activista rusa, Yerena Osipova, que ha vivido la segunda Guerra Mundial y el asedio de Leningrado, y que a sus 78 años ha sido detenida en San Petersburgo cuando protestaba contra la invasió n de Putin a Ucrania, todo un sı́mbolo de resistencia y de defensa de derechos humanos y de la libertad; Y también en las madres rusas Ekaterina y Olga que junto a sus cinco hijos de 7 a 11 años fueron detenidas por depositar Ilores ante la embajada de Ucrania, reconociendo que fue una imprudencia el ir con los niños, pero que no podı́an permanecer impasibles al ver terribles bombardeos inhumanos. Y mi recuerdo y solidaridad a las madres, hermanas, parejas e hijas de la tragedia del "Villa Pitanxo".
A lo largo de toda la historia gracias a mujeres valientes, que poniendo en peligro, su libertad e incluso su vida en la lucha por derechos y en pro de la igualdad, hemos ido adquiriendo derechos, entre ellas las trabajadoras textiles que el 8 de marzo de 1857 salieron a las calles de Nueva York con el lema "pan y rosas" en protesta por las mı́seras condiciones laborales, reivindicando recorte del horario y el Iin del trabajo infantil. En 1911 se produjo un incendio en una fábrica de camisas en Nueva York, en el que fallecieron 146 personas, 23 hombres y 123 mujeres, la mayorı́a jó venes inmigrantes entre 14 y 23 años. La ONU en 1975 declaró el 8 marzo dı́a Internacional de la Mujer, y años más tarde se cambió por "Dı́a Internacional de la Mujer y la Paz Internacional".
También quiero recordar a las sufragistas, luchadoras por el voto femenino, y en España a Clara Campoamor, a la que le he dedicado, con motivo del noventa aniversario de la votación en que se aprobó el voto de la mujer el 1 de octubre de 1931 un artı́culo en este diario.
Pero hubo dos mujeres en Españ a que votaron antes que las demás mujeres en unas elecciones Generales, fueron mujeres adelantadas a su tiempo, como es el caso de Trinidad Arroyo Villaverde y Emilia Pardo Bazán, ambas nacidas en el siglo XIX, y alcanzando gracias a su determinación y trabajo, el haberse introducido en sociedades y profesiones que estaban destinadas a los varones, donde por pertenecer a ellas pudieron ejercer el voto a la elección de senadores, (pues en dicha época algunos senadores eran elegidos por multitud de corporaciones, desde el arzobispados hasta las Universidades, pasando por Academias Reales y Sociedades Económicas) . En el caso de Trinidad Arroyo, por su implicació n en la polı́tica, parece ser fue militante del Partido Comunista, falleciendo en el exilio en México y su generosidad dejando en su testamento sus bienes al instituto en que estudió en Palencia para becas a estudiantes sin recursos, y contribuyendo a la formación de médicas y médicos al costear las carreras de medicina. Trinidad Arroyo, al igual que Emilia Pardo Bazán votaron antes que el resto de las mujeres españolas, que hasta 1933 no pudieron ejercer el voto. Ambas en 1916 pudieron votar en las elecciones al Senado, Emilia Pardo Bazán, por ser socia de la Real Sociedad Económica Matritense, y como tal tenia con arreglo a la ley derecho a tomar parte en la elección de compromisarios para el Senado por las sociedades económicas de la región de Madrid. Y Trinidad al ser ayudante en la facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid.
Como el trabajo y la historia de nuestra paisana, Emilia Pardo Bazán, es conocida, me detendré en la biografı́a de Trinidad Arroyo Villaverde. Trinidad nació en Palencia en 1872 y falleció en México en 1959, a los 16 años fue admitida en la Facultad de Medicina de Valladolid (1ª mujer en obtener la licenciatura de medicina en dicha universidad), convirtiéndose en la primera oftalmóloga de España (1896), en la clı́nica que fundó con su marido, Manuel Márquez en Madrid, realizaba operaciones oculares, entre ellas a Benito Pérez Galdós, y ella mujer feminista y comprometida, deIinió como "cirugı́a femenina". Y un año más, las mujeres, alzamos la voz por la igualdad, en defensa de nuestros derechos y por la Paz.