Montero Ríos se llena de música, pintura y danza con la celebración del Día Mundial de la Música

Pontevedra
19 de junio 2020

Emoción en estado puro la vivida este viernes en la Avenida Montero Ríos con motivo de la celebración del Día Internacional de la Música. "No hay nada como poder estar en espacios donde la cultura lo impregna todo", aseguró Carmela Silva quien, emocionada, mostró su alegría al ver la calle recuperada por la ciudadanía en la celebración de este día

Celebración del Día Internacional de la Música en la Avenida de Montero Ríos / Mónica Patxot

Emoción en estado puro la vivida este viernes en la Avenida Montero Ríos con motivo de la celebración del Día Internacional de la Música.

"No hay nada como poder estar en espacios donde la cultura lo impregna todo", aseguró Carmela Silva quien, emocionada, mostró su alegría al ver la calle recuperada por la ciudadanía en la celebración de este día.

La presidenta de la Deputación quiso aprovechar para hacer un reconocimiento a la gente de la cultura: "durante el confinamiento, la cultura, y particularmente la música, fue la que nos mantuvo con rayos de esperanza de manera altruista, y ahora tenemos que devolverle todo lo que nos dieron".

Por eso destacó que la voluntad del gobierno provincial era que "nuestro primero acto público estuviera ligado a la música" y, de este modo, adelantó a este viernes la conmemoración del Día Internacional de la Música, que se celebra el día 21 de junio, con dos actos, uno en Pontevedra y otro en Vigo, en los que la música, las artes escénicas y la plástica se dieron cita. 

En la ciudad del Lérez, el espectáculo corrió a cargo de Nelson Quinteiro, quien realizó una actuación multidisciplinar en la escalinata exterior del Pazo provincial.

Quinteiro, junto a los músicos Brais González, Álvaro Cardalda, Iago Prieto y Roi Adrio mezclaron las melodías de 'Músicas de Domingo' con la pintura en directo de Alba F. Troiteiro y la danza de Iván Villar. 

Mientras los músicos y el propio Quinteiro ocupaban la parte baja de las escaleras interpretando las diferentes piezas musicales e interactuando con el público asistente, el bailarín danzaba en las escaleras y la artista se situaba en la parte superior, junto a las puertas de acceso al edificio, elaborando un gran cuadro que representaba una niña con un corazón entre sus manos, simulando la parte emocional de la música.