El escritor pontevedrés Guillermo Cerviño (1979), colaborador de PontevedraViva, ha presentado su novela Los secretos de Sara, una obra que se ambienta en la ciudad y que combina un universo de historias alrededor de la protagonista, una joven que está descubriendo la vida adulta. Hablamos con el autor para que nos explique los entresijos de su nueva publicación.
PontevedraViva (PV): Adelántenos detalles sobre su nueva novela.
Guillermo Cerviño (GC): Los secretos de Sara es en su base una obra para divertir, llena de sorpresas, personajes alocados y escenas emocionantes, pero en su trasfondo nos cuenta una historia terrible que bien podría ser real: las consecuencias que pueden derivar de un seno familiar completamente desestructurado, como lo es la familia Fernández de Tver. Sara es una adolescente hermosa y coqueta, brillante en sus estudios y con una curiosidad enorme, pero con unos padres que apenas se dan cuenta de su existencia, por lo que idea un plan desesperado para recuperar su amor y su atención. Y como todo adolescente debe afrontar las consecuencias de sus necesarios errores, situaciones de amor y desamor, decisiones importantes tomadas apresuradamente y toda clase de aventuras por veces peligrosas. También cuestiones morales que pondrán a prueba sus principios y la corriente de sus pensamientos, tan importante en esas edades donde la personalidad todavía está tomando forma.
Pero Los secretos de Sara no es solo eso. Es mucho más. Un mundo de personajes ―de hecho son casi cuarenta, con sus enrevesadas historias propias― confluye alrededor de nuestra protagonista, muchas veces sin que ella se dé cuenta, haciendo que las historias se crucen entre sí, se separen y se vuelvan a unir. Admiradores secretos, conspiraciones de vecinos, rumores injustos y destructivos, infidelidades, falsas amistades… Pero sobre todo el peso de los pecados ajenos. Secretos de familia que Sara tendrá que decidir si desvelar y afrontar las consecuencias o cargar a cuestas como una cruz. Puedo deciros también que la historia transcurre, como no, en la ciudad de Pontevedra. Hay escenas importantes en la plaza de la Herrería, las calles Michelena y reina Victoria e incluso el instituto Sánchez Cantón. Los personajes callejean y visitan las ruinas de Santo Domingo y los jardines Di Vicenti y mucho más. Destacaría también el barrio de San Roque, protagonista absoluto en la primera parte del epílogo, el emplazamiento del antiguo barrio de A Moureira y la iglesia de San Bartolomé entre otras cosas. Los secretos de Sara es, por tanto, una visita a la estupenda ciudad que me vio nacer, aunque quiero señalar que incluyo en ella muchas cosas que solo habitan en mi imaginación, como por ejemplo, el lujoso barrio donde viven los principales protagonistas. Como historia de ficción novelesca que se precie muchos de esos lugares son emplazamientos que no preciso en ningún momento, dando tan solo pequeños detalles que alienten la imaginación de los lectores.
Por último, destacaría la tónica general de la novela como una crítica a las sociedades de alta alcurnia que habitaron en siglos pasados en nuestra ciudad y en otras muchas ciudades parecidas a esta. Las principales familias de esta historia obcecan en vivir de un modo extemporáneo, ridículo y por completo anacrónico a nuestros tiempos. Y de ello me he servido para usar las armas del lenguaje del siglo XIX en boca de algunos de ellos. Una lengua tan elegante, culta y divertida, mezclándolo con los recursos modernos de escritura y creando con todo ello escenas originales y divertidas, llegando, según la opinión de algunos lectores, a parecer por veces una obra de teatro.
PV: ¿Qué puede sorprender a sus lectores cuando se enfrenten a las primeras páginas de la novela?
GC: Como he dicho antes, diversión, sexo ―no demasiado explícito― muchas sorpresas y tiernas emociones, sobre todo emociones, inevitables en la consecución de toda historia que se precie. Para abrir boca, lo primero que se encontrará el lector cuando comience el primer capítulo de Los secretos de Sara será el negocio del padre de nuestra protagonista, el señor Damisenko Fernández de Tver. Una sociedad, ficticia por supuesto, llamada Marsh & Fernández, que se erige sobre la sede de una antigua empresa que ha sido muy importante para esta ciudad. Estoy seguro de que los pontevedreses no tardarán en adivinar de cuál se trata. Y como este habrá más secretos ocultos entre las líneas de la novela.
PV: Guarda una buena relación con el grupo de rock, Los Suaves, hasta el punto de hacer referencia a ellos en la trama, ¿por qué?
GC: Esta fue la primera sorpresa agradable que me dio Los secretos de Sara. Se trata de una historia increíble y emocionante. Cuando terminé el segundo borrador de la novela y me dispuse a trabajar sobre los detalles técnicos repartí algunos manuscritos entre mis habituales lectores de confianza ―los llamados lectores beta, tan necesarios para los escritores. Ellos te dan una perspectiva que uno mismo es incapaz de observar y te advierten de las meteduras de pata, de las que nadie está libre― y uno de ellos me advirtió sobre un detalle importante.
"La poesía de las letras de Yosi Domínguez (Los Suaves) me acompañaba en esos instantes tan tristes y tan emocionantes. Me envolvían con su magia. Esa magia que cualquiera puede descubrir al escuchar sus canciones"
¿Es legal citar letras de canciones en las obras literarias? Me puse a pensar en ello y antes de actuar o informarme descubrí lo siguiente: ¿Qué había ocurrido exactamente? Ya que la novela estaba en proceso de edición en la editorial, ¿corría el riesgo de que mi trabajo me ocasionase problemas legales? Supe entonces que había erigido mi historia a mi manera, como no puedo hacerlo de otro modo, con mi imaginación y mi entusiasmo funcionando a la par con mis sueños y mis ilusiones, casi inconscientemente, a todo gas sin preocuparte del pedal de freno, y sin darme cuenta que había volcado unas de mis más ardientes pasiones no solo en la trama, sino en el corazón de su personaje principal, de Sara Fernández: Los Suaves. De hecho, la tercera parte de la novela está orientada hacia los pensamientos más íntimos de Sara, los secretos que escribe en su diario. Allí me di cuenta que la poesía de las letras de Yosi Domínguez me acompañaba en esos instantes tan tristes y tan emocionantes. Me envolvían con su magia. Esa magia que cualquiera puede descubrir al escuchar sus canciones. Descubrí, como si no hubiese sido yo el autor del libro, que esa joven adolescente amaba su música y el significado de sus letras con toda su alma y que formaba parte de su vida, de su existencia, de su día a día. Porque la novela está plagada de detalles, de gatos negros que observan dibujados en cualquier objeto, de fotografías que atrapan momentos irrepetibles. El título de uno de los capítulos finales es Si pudiera, una de las canciones más bellas del grupo. Es curioso cómo una misma letra puede ser asimilada por diferentes personas adaptando sus versos a su situación emocional y a los hechos de su contorno. Supe que por veces ―solo por veces― quisiera estar en la piel de esa protagonista y formar parte de esas escenas. Y eso fue maravilloso. Entonces la parte de mi cerebro que se encarga de los mundos ilusorios cedió momentáneamente el control a la parte que pisa el firme terrestre, y me puse a investigar. Había un criterio jurisprudencial en EE.UU e Inglaterra llamado fair use que permite ―entre otras cosas― citar letras de canciones siempre que se mencione la autoría. Pero en España, al parecer, era distinto. Mi reacción fue ponerme en contacto con alguno de los miembros de la banda para pedirles permiso directamente a ellos, y después de algunas dificultades conseguí contactar con la periodista Laura Lunardelli que no solo me echó una mano con su experiencia en los entramados legales concernientes a los derechos de autor, sino que me ayudó a que mi trabajo llegase a oídos de los integrantes de la banda. Fue un momento estupendo. Y lo siguiente fue entrevistarme a través de ella con Yosi en un homenaje que les hicieron al grupo en las fiestas de San Francisco, Ourense. Puede charlar brevemente con él y regalarle un ejemplar de Los secretos de Sara y también conocer al resto de la banda. Y muchos más detalles estupendos con los que podría cubrir decenas de páginas como esta. Fueron momentos muy bonitos y emocionantes por los que quisiera agradecer desde aquí a Laura por su profesionalidad y la amistad que me ha brindado y por supuesto a Yosi que tantos y tan bonitos sueños construye en los corazones de los fans de Los Suaves. Gracias.
PV: Sabemos que este libro ha supuesto un importante esfuerzo para poder publicarlo. ¿Resulta complicado en la actualidad publicar? De hecho, cuentas con una publicación en inglés que no ha sido editada en España.
GC: En efecto, The Guardian of Thoughts es el resultado de mi primera y única experiencia con la autopublicación. Desde mi opinión personal, respetando todas las demás y sin entrar en digresiones ni detalles, desaconsejo por completo la autopublicación de una obra literaria sea cual sea el objetivo que el autor persiga. El Guardián de los Pensamientos fue mi primera novela ―luego vino La maldición de Baltasar y después Los secretos de Sara― que estuvo algunos meses a la venta en Amazon, Bubok, La casa del libro y otras plataformas del estilo hasta que la editorial American Star Books, de Maryland, se puso en contacto conmigo por correo electrónico. Querían traducirla al inglés e introducirla en el mercado americano y canadiense con el curioso formato de moda de venta bajo demanda. No haré comentarios sobre ello.
Publicar un libro hoy en día es una tarea tediosa. Las descargas ilegales por internet, los formatos e-Book que poco a poco se imponen al papel y la creciente aparición de autores de niveles que van desde lo ínfimo a lo muy bueno hacen que las pequeñas editoriales no puedan competir con las grandes asociaciones como Planeta o Plaza & Janés. Parte de la culpa la tienen las plataformas de autopublicación, carentes de filtros que aseguren a los compradores un mínimo de calidad, que impulsan miles y miles de obras al día con precios irrisorios ―de hecho, la mayoría se regalan o se venden por menos de un euro como un dos por uno en bollería― mezclando obras profesionales con amateurs, y las llamadas editoriales de coedición, que no son sino empresas de servicios editoriales cuyo único afán es gastar lo mínimo en tu producto y dejarlo después a la deriva en el mar de libros y novelas que infestan los portales de internet. Son, en mi opinión, voraces devoradores de sueños, empresas sin escrúpulos que se nutren con los sueños y las ilusiones de la gente. Por todo esto, es lógico que las pocas editoriales clásicas que quedan no se atrevan a arriesgar sus limitados recursos en un nombre desconocido. Mi consejo es que, de hacerlo, hazlo bien. Es mejor que una obra buena no vea la luz a que quede perdida, ignorada y humillada en un océano de basura espacial literaria. A los autores desconocidos, como yo, les diría lo siguiente, recordando ante todo que es un consejo que pueden tomar u olvidar en el acto: No regales tu esfuerzo ni tu ilusión. No te rebajes enviando mensajes privados en Twitter o Facebook regalando tu trabajo. No degrades tu obra autopublicándola, diseñando una carátula con una herramienta online ni maquetando del mismo modo porque jamás conseguirás un producto que esté a la altura de las producciones comerciales, y de ese modo maquilles la buena historia que seguro contiene en su interior. No supliques que te lean o estarás menospreciándote a ti y a tu trabajo. Nadie quiere al que no se quiere a sí mismo. Todos desconfían de lo regalado. No te engañes, las autopublicaciones llevan un ISBN de autopublicación que ningún librero pondrá en sus escaparates, lo mismo que la coedición. Los escritores solamente podemos escribir ―zapatero a tus zapatos― y que Dios reparta suerte. En el primer caso siempre nos quedará la esperanza y la satisfacción de haber hecho una de las tres cosas que toda persona ha de hacer en este mundo.
PV: Por tanto, ante los formatos digitales, ¿la opción de publicar en papel supone un reto cada vez más complicado?
GC: Y tanto. A uno se le pone la piel de gallina cuando piensa en comprar un libro de papel de un autor desconocido, sobre todo con los precios que se gastan las editoriales pequeñas. La clave está en la pregunta: ¿qué preferimos los lectores? Y por desgracia solo el tiempo nos contestará. No obstante, está claro que a pesar de los lectores clásicos que prefieren un buen ejemplar de carne y hueso al frío, indiferente e inodoro e-Book, la tendencia es clara. Personalmente, creo que vencerán todas esas ventajas que tiene el libro digital sobre el físico, sobre todo si no se pone solución a la piratería. También creo que el libro de papel nunca dejará de existir, si bien solo venderán ejemplares Stephen King y Manel Loureiro.
"Escribo sin parar, sin respirar, sin mirar a mi alrededor, tomando anotaciones por todas partes que jamás vuelvo a consultar"
PV: Explíquenos cómo se enfrenta al papel en blanco para iniciar una obra
GC: Cuando me hacen esa pregunta siempre contesto lo mismo: cuando nace una idea en mi cabeza no le hago ni caso. Pero es que es como un virus. Las escenas se perfilan en mi mente cuando estoy en la bañera o en la ducha y los diálogos se suceden cuando intento dormir. Siempre que esté en silencio, esa es la norma. Entonces se reproduce el virus de la imaginación en alguna parte de mi cabeza y va creciendo hasta que me es imposible contenerlo. Hasta que comienzo a escribir. Es como un volcado de imaginación sobre el procesador de texto. Escribo sin parar, sin respirar, sin mirar a mi alrededor, tomando anotaciones por todas partes que jamás vuelvo a consultar, escribiendo apuntes furtivos, ilegibles incluso para mí mismo y dejándome arrastrar por mi propia historia. Por eso es por lo que sé que no puedo elegir. Creo que ningún artista puede elegir, sino que es la obra la que te persigue y te obliga a que le des forma. Entonces es cuando me encuentro con el grueso de la idea plasmada ante mí, toscamente esbozada, brillante, mirándome de hito en hito. Pero es como un tronco con mil ramificaciones. Es el momento de pensar. Y pienso en ella, la ordeno, la modifico, la moldeo como la masa de un pastel hasta hacerla coherente y entretenida. Porque, si no me parece interesante en todo momento, soy incapaz de continuarla. Y nunca fuerzo una continuación, sino que espero a que se manifieste. Claro que muchas veces solo tengo que comenzar a escribir sin pensar en qué voy a escribir para que encuentre el camino. Me gusta pensar que soy como mi primer lector. Que la historia está ahí y que yo solo puedo arañar la tierra circundante e ir descubriéndola poco a poco. Es metáfora pura, está claro, pero también la realidad. Mi realidad.
Por mis participaciones en talleres literarios y charlas de escritores he podido comprobar los más variopintos métodos de escritura. De hecho, creo que eso tampoco se elige, sino que es algo que se lleva dentro y que hay que aprender a controlarlo. Como los poderes de Clark Kent o los Xmen. Yo no me explicaba cuando algunos colegas me decían que al escribir ponían la música a todo volumen o la televisión, ya que yo necesito el más absoluto silencio ―o eso pensaba― hasta que me di cuenta de que yo hacía algo todavía más extraño. Cuando necesito pensar en algún punto concreto de mi historia agarró la guitarra eléctrica y me pongo a tocar. Con ella apagada, eso sí. Entonces comienzo a escribir con la guitarra todavía sobre mis rodillas y alterno continuamente mis dedos entre el teclado, el bolígrafo y el mástil. De locos. Pero sin mi Ibanez apoyada a mi derecha sería como si me faltase un brazo.
PV: Y sus referentes literarios, ¿cuáles son?
GC: Muchos y muy variados, pero sobre todo los clásicos, Poe, Lovecraft, Dumas, Dickens, Dostoievski. Me gusta la novela clásica, la novela negra, el humor, el terror, el misterio… Me gusta nutrirme de las más variadas fuentes de sabiduría literaria. Y en cuanto a autores actuales citaría al maestro King, como no, y a la escritora francesa Fred Vargas, pero hay tantos que sería imposible decir cuál me gusta más. Depende del día de la semana, el estado de ánimo, de la luna, las mareas… a saber.
PV: ¿Trabaja ya en un nuevo proyecto o ahora va a dedicar más tiempo a la promoción de este libro?
GC: Ambas cosas. Intento mover lo más posible Los secretos de Sara con todos los medios a mi alcance, redes sociales, amigos, blogs literarios, medios de comunicación, pero como he dicho, un escritor no puede no escribir. Tengo algo empezado que me solicita cada vez más su atención. Podría adelantar que se inclina más hacia la novela negra pero con la característica alocada y divertida de mis personajes.
PV: ¿Qué recorrido le ve a esta novela? ¿Hay posibilidades de que se pueda editar en otra lengua y que tenga una carrera más allá de nuestras fronteras?
GC: Espero que sí. Tengo mis esperanzas puestas en mi trabajo y creo que la historia merece la pena. He trabajado mucho en ella y cuidado hasta el más mínimo detalle, hasta el punto de casi saberme las escenas y los diálogos de memoria. Por ahora, no tengo pensado despegarme de los personajes que le dan vida. Los acompañaré para que lleguen lo más lejos posible en su camino y me abran a su vez posibilidades con trabajos futuros. Creo que Los secretos de Sara podría funcionar muy bien en todos los países de habla hispana y si me ofrecen traducirla estaría encantado. Espero que así sea. Ahora depende de sí misma.
PV: ¿Dónde se puede adquirir Los secretos de Sara?
GC: En cualquier librería de España. La editorial tiene distribuidores por todo el territorio nacional. También es posible comprarla a través de los portales Amazon y Google libros y desde la misma web de la editorial. www.verbumeditorial.com. Existe una página de fans de la novela en Facebook donde poder estar al tanto de todas las novedades, fotos que nos envían los lectores, reseñas, opiniones y mucho más. www.facebook.com/LosSecretosdeSara Les invito a todos a visitarla. También es posible contactarme a través de mi correo electrónico (guillermocporto@gmail.com) para adquirir un ejemplar tanto en papel como en e-Book, y si eres de Pontevedra o estás allí de paso estaría encantado de entregarlo en mano, dedicarlo o charlar sobre la trama.
Esperamos que Los secretos de Sara tenga un largo recorrido en un panorama literario cada vez más complejo para los autores.