Rosario González fue el 24 de diciembre de 2022 la única pasajera superviviente del accidente de autobús de Pedre, en Cerdedo-Cotobade. También sobrevivió el conductor, pero fallecieron los otros siete pasajeros. Ahora, su testimonio resulta fundamental en la investigación judicial del siniestro y este jueves compareció durante una hora ante el juez.
La testigo declaró acompañada por su abogada en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pontevedra y, a su salida, visiblemente afectada, explicó que había reiterado su declaración previa y mostró su agradecimiento al conductor, pues la ayudó cuando el autobús se salió de la vía y acabó en el agua en el río Lérez.
María Álvarez Rodríguez, su abogada, aseguró que "está muy agradecida al conductor porque le ayudó, la recuperó, que ella se cayó del asiento, se soltó el propio asiento, la fue a recuperar a las escaleras de la parte principal del vehículo".
Sobre esa actuación del conductor, aseguró que también intentó ayudar al resto de pasajeros. "Después todavía se movió para el resto del autobús para tratar de buscar a otros supervivientes, a otras personas", indicó.
"Me sacó del agua, me despertó", recordó la superviviente. Y, con su testimonio, aportó una declaración coincidente con la realizada por el conductor, asegurando que no iba con exceso de velocidad -como sostiene la Guardia Civil- y que adoptó todas las precauciones precisas dadas las condiciones climatológicas adversas de aquella Nochebuena.
La mujer estaba visiblemente emocionada y respondió con monosílabos, pero, ante los medios de comunicación, explicó que el conductor "no" iba rápido. "No vi el cuentakilómetros, pero no era eso que veías que daba volantazos", insistió.
Ante la pregunta de si el conductor guardaba las precauciones, aseguró "sí, para mí, sí". Y relató que el tiempo era muy malo y había muy poca visibilidad: "es que no se veía, y cada vez iba a más". Además, recuerda que incluso "el conductor aún decía que tenía que ir despacio porque no se veía, la gente que bajaba él aún ayudaba porque decía: señora, se va a caer".
Según explicó la abogada de esa testigo, "el conductor iba conduciendo perfectamente con las precauciones, que había unas condiciones climatológicas muy adversas". Y relató que incluso iban a llegar con un poquito de retraso por esa mala climatología, "que no había nada de visibilidad, que no había alumbramiento en la carretera ni reflectores en los laterales de la vía".
Lo que recuerda esta superviviente, según su abogada, es que "el autobús se fue en plancha, una especie de aquaplaning o algo similar, y que se deslizaban y el conductor no podía tener el control del vehículo y que por eso se cayeron".
Esta pasajera reconoce que, tras el accidente, su vida cambió mucho "psicológicamente" y también en el día a día, pues tiene una hija dependiente a la que le cuesta prestarle la debida atención. "Tengo que depender de personas para bañar a mi hija", explica. Por este motivo, pretende reclamar en el juzgado "asistencia para mí y más para mi hija".