Un pontevedrés deberá cumplir un año de prisión y pagar al cura de San José de Campolongo una indemnización de 3.500 euros por haberse quedado con el coche que le prestó para ir a trabajar. No sólo no se lo devolvió, sino que incluso lo vendió.
Los hechos ocurrieron en agosto del año 2019. Según consta acreditado en dos sentencias, el cura le prestó a este hombre su coche, un Seat Ibiza, "con el fin de que lo utilizase durante un mes para trasladarse a su lugar de trabajo".
Transcurrido este tiempo, y pese a que el sacerdote le reclamó la devolución en reiteradas ocasiones, el acusado no le devolvió el vehículo, y "actuando con ánimo de ilícito enriquecimiento" procedió a venderlo por 500 euros.
El comprador que le compró el coche, curiosamente, volvió a vender el coche, una reventa por 50 euros más, 550 en total.
Existe una valoración pericial que fija el valor del vehículo en 3.500 euros, de ahí que esa sea la indemnización impuesta al acusado.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra condenó al acusado por un delito de apropiación indebida y él recurrió, pero la sección segunda de la Audiencia Provincial revisó el caso y desestimó el recurso.
La Audiencia no estima el recurso y señala que el acusado se acogió a su derecho a no declarar durante el juicio, por lo que la jueza que le juzgó inicialmente no pudo contar con su versión de los hechos para llegar a su resolución condenatoria.