A toda máquina (de castañas) para promocionar Pontevedra en el Maratón de Nueva York
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Paco Pazos es hijo de Valentín, el mítico castañero de Pontevedra recientemente fallecido. Con su padre estuvo 35 años sirviendo castañas desde las emblemáticas locomotoras de A Ferrería y ahora lo hace desde la glorieta de Compostela. Desde hace semanas, una idea ronda por su cabeza y tocará en todas las puertas posibles para llevarla a cabo. Quiere promocionar la ciudad en el Maratón de Nueva York, llevarse la máquina en la que asa las castañas y correr con ella los 42,195 kilómetros del circuito.
Aficionado al deporte, este año incluso ha logrado medalla en carreras pedestres, de modo que considera que "podería correr a maratón en catro horas". Sería el tiempo en el que "Pontevedra estaría presente por toda Nova York", la imagen se proyectaría en todos los medios de comunicación que cubran el evento deportivo y "trasmitiría que as castañas son sás como o deporte e, de paso, promocionaría a cidade".
Confía en que su proyecto tenga buena acogida en Pontevedra y pedirá una reunión con el concejal de Deportes, Agustín Fernández, para explicárselo y pedir la implicación municipal.
Con esta acción promocional también busca otro objetivo, no tan directo, pero para él igual de importante. Quiere dar a conocer un proyecto en el que ya ha avanzado más, pedir una estatua o monumento para su padre en la plaza de A Ferrería, en el lugar en el que durante medio siglo, entre octubre y enero, sirvió castañas a todos los pontevedreses.
Este proyecto ya lo ha puesto en conocimiento del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, por carta y, aunque hasta el momento no ha tenido respuesta, sí tiene confianza en que llegará a buen puerto. Está convencido de que si se le da luz verde incluso "eu coñezo a moita xente que estaría disposta a poñer cartos, que me van ofrecer pagala desinteresadamente".
"Non é que meu pai mereza un monumento na Ferrería, senón que os pontevedreses merecen un monumento de Valentín", sentencia Paco para hablar de una petición que ya fue formalizada a través de la red social Facebook. Su padre era conocido por todos como el Rey de las Castañas y él se considera a sí mismo el Príncipe de las Castañas, incluso ha serigrafiado una camiseta con tal apetalivo.
Paco es, de momento, un Príncipe destronado, pues su padre, en los últimos tiempos, decidió dejar todo el legado a su hermano Valentín, que "necesitábao máis". Ahora es su hermano el que se ha quedado con las tres míticas locomotoras de A Ferrería y Paco ha tenido que "buscarme a vida". Se ha instalado en la glorieta de Compostela con una nueva máquina de su propiedad que ahora ha pintado con los colores del Pontevedra CF.
En su nueva ubicación no le va mal, pero su aspiración es poder regresar a la plaza en la que asó y vendió castañas junto a su padre en toda la vida. A su regreso ya anuncia que "volverei poñer as máquinas como estiveron sempre, co toldo de sempre". La imagen, acompañada de la estatua que aspira que le construyan a su padre, permitirá "manter o seu legado".
Paco es, en el fondo, un nostálgico y quiere que "a xente pase por alí e pense que non pasou o tempo, que se atope a mesma máquina, o mesmo trato, o mesmo todo". "Non quero tanto I+D, quero o de toda a vida e iso era Valentín", reivindica.
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