La plantación de marihuana de Mourente pertenecía a una red que exportaba droga al resto de España y Europa
Por Natalia Puga
La extraordinaria plantación de marihuana localizada el pasado 9 de noviembre en la parroquia pontevedresa de Mourente ya sorprendió por la cantidad de plantas que albergaba y el sofisticado de su sistema de cultivo y vigilancia, pero ahora acaban de darse a conocer más datos que contextualizan su incautación. Pertenecía a una red criminal encargada del cultivo, preparación y posterior distribución de importantes cantidades de esta droga en Galicia, pero también en el resto de España y el resto de Europa.
Así lo acaba de dar a conocer la Policía Nacional. La operación que permitió su desmantelamiento tiene sus orígenes en otra incautación en el mes de marzo en el Pereiro de Aguiar (Ourense) y no se cerró hasta esta misma semana, con la detención este lunes 28 de noviembre de los dos últimos implicados.
Segundo a Policía Nacional, estos dos últimos detenidos son los dos principales responsables de la organización que no habían sido localizados en su momento en el marco de esta operación, que bautizaron 'Jeshile' y estuvo coordinada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Ourense.
En total el grupo dos de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de Pontevedra detuvo la diez personas, cuatro en marzo, cuatro a principios de noviembre y dos esta semana. De ellas, cuatro están actualmente en prisión.
En marzo los agentes ya habían desmantelado un laboratorio 'indoor' con miles de plantas y florescencias de Cannabis Sativa O Pereiro de Aguiar y en noviembre en Mourente fueron alrededor de 2.000, con un peso de 500 kilos. En total, se intervino una tonelada de plantas y restos vegetales de marihuana,.
En la nave industrial de Mourente, que estaba aparentemente abandonada, se ocultaba un gran laboratorio profesional 'indoor' para el cultivo intensivo del cannabis sativa. Contaba con una instalación eléctrica, de aislamiento y de extracción valorada en 85.000 euros, donde se manipulaban genéticamente las plantas, con el objeto de conseguir un mayor rendimiento la cada una de ellas.
Tal y como avanzó en su momento PontevedaViva, lograban cuatro cultivas al año. Esto suponía un beneficio anual próximo a un millón de euros.
El interior de la nave de Mourente en Pontevedra, al igual de la de Ourense, estaba especialmente diseñada para el cultivo intensivo, compartimentada en dos estancias de unos 250 metros cuadrados cada una ellas diseñadas 'ad hoc' y dotada con las últimas tecnologías domóticas y sistemas de cultivo para acelerar el régimen natural de crecimiento y floración.
La instalación contaba con aparatos de aireación y filtros de carbono para depurar el olor, además de un avanzado sistema de iluminación con cerca de 300 lámparas con sus respectivos transformadores, control de fotometría, temperatura, humedad, medidores de PH que variarían los parámetros en función al punto del desarrollo de las plantas, así como gran cantidad de fertilizantes.
El balance provisional de la operación supone el desmantelamiento de las dos instalaciones eléctricas y de extracción de humos con un valor aproximado de 250.000 euros, diez detenidos y diversa documentación.
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