En el Día del Celador y de la Celadora, que se celebra este sábado 5 de noviembre, el colectivo de profesionales que trabajan en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés lamenta que en este 2022 sigan sin tener respuesta a reclamaciones que arrastran desde hace décadas.
Los celadores son los encargados del traslado y movilización de usuarios y pacientes, documentación y materiales en centros sanitarios, y han de estar presentes en cualquier proceso asistencial. Por ello no se entiende que la Sanidad Pública siga sin reconocer a estos profesionales como "personal sanitario".
El pontevedrés Gustavo Olmedo Portela, celador desde 2006 y portavoz del colectivo de celadores del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, expone, a preguntas de PontevedraViva, cuál es la situación de estos profesionales.
– ¿Cuáles son las reivindicaciones del colectivo de celadores del área sanitaria Pontevedra-Salnés en este 5 de noviembre?
Nosotros tenemos reivindicaciones que ya son muy viejas y que ya conocía el anterior gerente, y ahora estamos pendientes de una primera reunión con el nuevo gerente, José Flores, que estaba prevista para el 5 de octubre y se aplazó.
Una de estas reclamaciones antiguas es renovar el parque de camillas y de sillas de ruedas del área de Urgencias de Montecelo porque están en algunos casos, y no exagero, inservibles, y no dignifica para nada nuestra profesión ni tampoco al paciente. Son materiales que llevan muchos años en uso, que están muy baqueteados porque es un servicio, el de Urgencias, que tiene mucho uso a lo largo del día. Muchos compañeros hemos tenido lumbalgias porque estamos trabajando todos los días, no es algo puntual, con unas camillas y unas sillas que están muy viejas, obsoletas, y es un sobreesfuerzo diario.
Otra reclamación importante es una contratación digna, que no tengamos un contrato cada día distinto y en un servicio distinto.
– En el día a día, ¿qué consecuencias conlleva esta inestabilidad laboral?
La contratación precaria incide de una manera muy negativa en la calidad asistencial, tanto hacia el paciente como hacia nosotros mismos. Para contrarrestar esto, entendemos que la contatación tiene que ser de más días en un mismo servicio.
– A esta problemática se suma el hecho de que la categoría profesional de celador no sea considerada como personal sanitario.
Es una problemática en toda España. Queremos que se ejecute el Decreto Ley de 2011 para que seamos categoría sanitaria, con la correspondiente titulación y formación, que sería un ciclo medio de FP. En este sentido, nosotros ya somos categoría sanitaria por un decreto foral de 2016 en la Comunidad de Navarra, se aprobó una proposición no de ley en el Parlamento de las Islas Baleares, en el de Asturias y en las Cortes de Castilla y León, y hay ahora distintas reuniones en las Cortes de Castilla-La Mancha.
– ¿En qué punto estamos en Galicia para el reconocimiento de los celadores dentro de la categoría sanitaria?
En Galicia estamos pendientes de que la proposición no de ley se someta a votación de la Quinta Comisión de Sanidad, que preside la señora Corina Porro, y se pueda aprobar. Una vez aprobada, lo que se persigue es que el Parlamento gallego inste a la Xunta de Galicia, y la Xunta al Gobierno central, para que en el nuevo mapa de profesiones se incluya a los celadores como categoría sanitaria, a través de un organismo de carácter estatal, el INCUAL (Instituto Nacional de las Cualificaciones).
En este sentido, nosotros tuvimos una reunión con la Quinta Comisión de Sanidad en el mes de junio y para este lunes 7 de noviembre nos han confirmado que a las 11:30 estamos citados para una nueva reunión con la presidenta de la Comisión de Sanidad en sede parlamentaria en Santiago.
– A la espera de ese reconocimiento como sanitarios ¿en qué categoría se encuadran a día de hoy los celadores?
Nosotros somos personal no sanitario, esa es la definición que tenemos a día de hoy. En un hospital está el personal facultativo, el personal sanitario no facultativo y el personal no sanitario. Pero los celadores hacemos funciones de todo tipo, nosotros estamos en Urgencias, en planta, en Atención Primaria, en Autopsias, en Consultas Externas, en UCI, en corta estancia, en quirófanos... Servicios que en muchos casos requieren una alta especialización.
Todas nuestras funciones están reguladas a través de una Orden ministerial del 5 de junio de 1971, claramente pre-constitucional. En la práctica, nuestras funciones se acercan cada vez más a una categoría sanitaria pero sin serlo. Esto ha quedado demostrado en la pandemia, durante la primera ola, en la que tuvimos un contacto muy directo con los pacientes Covid y con otro tipo de aislados.
– Al principio hablabas de contratos de un día en los que os iban cambiando de servicio, ¿podrías poner un ejemplo?
Puede ocurrir que nos den un contrato en el PAC de A Parda, por ejemplo, de una guardia. Se acaba esa guardia, se termina ese contrato, y al día siguiente o a los dos días nos dan otro contrato en otro servicio como puede ser Medicina Interna en el Hospital Provincial o Urgencias en Montecelo, por citar algunos. En otras áreas sanitarias también ocurre pero no tan acusado como en el área sanitaria de Pontevedra-Salnés.
– En el caso de las Urgencias de Montecelo que mencionas, últimamente está siendo noticia el colapso de afluencia de pacientes ante la supresión de personal de atención en muchos PACs. ¿Está siendo un servicio especialmente demandante para los celadores?
El colapso que se produce en Urgencias de Montecelo no solo afecta al personal facultativo y al personal sanitario. También afecta a los celadores. Nosotros somos los primeros en recibir al paciente cuando entra por la puerta de Urgencias. Y después hay que desplazarlos a otros servicios, como hacer placas, un TAC o trasladarlos a la planta en el caso de que sea un ingreso... Entonces cuando el servicio se colapsa, sobre todo en estas épocas de otoño e invierno debido a que en Galicia hay una población muy envejecida, nosotros también acusamos ese estrés que se produce con frecuencia.