J., un joven mayor de edad y sin antecedentes penales, se sentaba este jueves en el banquillo de acusados de la sección cuarta de la Audiencia Provincial, como acusado de un delito de agresión sexual a una joven de 16 años que se habría producido el 28 de abril de 2019 en la zona de Valdecorvos en Pontevedra.
El acusado negó los hechos señalando que la denunciante y él mantenían una relación sentimental y sexual de "amistad con derechos" pero que durante aquella jornada habían quedado para despedirse porque él se iba de vacaciones a Madrid y no mantuvieron relaciones sexuales. Aseguró ante el Tribunal que durante los días en que permaneció en la capital española la joven le bloqueó en redes sociales sin que él entendiera los motivos.
La denunciante, que realizó su declaración en audiencia pública con biombos, relató que había quedado con J. aquella tarde y que acudieron hasta un banco del parque donde el joven la agarró, la giró y la empujó contra un árbol donde, estando ella de espaldas, le bajó los pantalones hasta las rodillas para mantener las relaciones sexuales sin tener en cuenta la negativa expresada por la menor. "Él siguió insistiendo hasta que paró y acabó". A preguntas del fiscal, la denunciante afirmó "yo me quedé quieta sin poder reaccionar. Me subí los pantalones y me volví a sentar" reconociendo que se había quedado bloqueada tras la acción que definió como "bruta".
Señaló, a preguntas de Fiscalía, que a pesar de tener sexo de forma esporádica con el acusado en anteriores ocasiones en esta caso se había negado: "Ya por cómo me cogió. Yo no quiero tener relaciones con alguien que me agarra de esa manera, y estábamos en la calle y él insistió e insistió", explicó durante la vista oral.
La joven presentó la denuncia el 17 de mayo de 2019 en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional, después de hablar con un amigo que se lo contó a la madre de la menor. Explicó también, a preguntas de la abogada de la Defensa, que tiene secuelas de tipo sexual al sentirse incómoda en las relaciones después de los hechos que se enjuician.
El fiscal Juan Carlos Aladro se ratificó en sus conclusiones y mantiene la petición para el acusado de ocho años de prisión señalando que J. "después de ver su actitud no tiene conciencia de culpabilidad pero el hecho es que le pidió parar y él continuó". Indicó en su exposición que el joven entró en diversas contradicciones mientras que las declaraciones de la víctima siempre han sido las mismas indicando que había testificado inicialmente ante la policía, en el juzgado, ante el médico forense, ante los psicólogos y en la vista oral "con todo lujo de detalles" y "no existe ninguna variación, siempre dice lo mismo".
Aladro, basándose en la veracidad de la víctima y la apreciación, expuso que la menor no quería seguir al estar en la calle y él continuó: "el negarse en esta circunstancia determina la libertad de la vida y él la sobrepasa".
Por su parte, la defensa pide la absolución señalando, entre otros aspectos, que hay un vídeo grabado y fotografías de los dos jóvenes "tranquilos" en la hora apróximada de los hechos que se juzgan y no hay vestigios del delito indicando que es "la declaración de ella contra la de él".
La sesión finalizó con el acusado refiriéndose a la víctima diciendo que "no vale la pena mirarla" y que le parecía injusto el acoso que sufre desde febrero cuando sale por la zona vieja de Pontevedra y le han llegado a llamar "violador". El juicio quedó visto para sentencia.