Caras de sueño, pero también de ilusión por reencontrarse con sus compañeros. Esa ha sido la estampa más repetida este jueves en Pontevedra. Tras más de dos meses de vacaciones, las aulas de los colegios vuelven a estar llenas de vida. Sí, también para alivio de los padres.
"Le costó mucho salir de cama. Quería seguir durmiendo", aseguraba Loli, madre de un alumno del CEIP de Marcón, nada más dejarlo dentro del colegio. Telmo, que también tiene un hijo en este mismo colegio, explicaba que "viene con ganas de volver a ver a sus amigos".
A las puertas de este colegio rural, en el que este curso estudiarán 144 niños y niñas, los reencuentros se han hecho extensibles a los padres, que han mantenido animadas charlas entre sus iguales mientras sus hijos iban entrando a clase de manera escalonada.
Para ellos, además, comienza un curso escolar que será más caro para sus bolsillos, ante un mercado disparado por la inflación. Aunque, por ahora, muchos aseguran no haberlo notado porque, según Bibiana, "tengo un niño muy pequeño y de momento no tienen libros".
"Aún no sé lo que será porque nos acaban de dar la lista de material", añade Carmen.
Hasta el colegio de Marcón, como hacen cada año por estas fechas, se han acercado a primera hora el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, y el concejal de Educación, Tino Fernández, para saludar al claustro y al alumnado del centro en esta vuelta a clase.
Tras visitar todas las aulas del colegio, Fernández Lores ha puesto en valor el trabajo realizado por el Concello para que los 21 centros educativos del municipio estén en buenas condiciones para el inicio de curso, pero instando a Educación a asumir todas sus competencias.
Compartir responsabilidades "non ten sentido", ha señalado el alcalde, y "xenera problemas" en la organización de los colegios, siendo el Concello quien debe asumir "obras menores", la limpieza de los centros o la contratación de los conserjes.
"Facemos un esforzo importante en manter os colexios en condicións dignas para dar as clases", ha añadido el edil socialista, que ha explicado que en el caso de Marcón a lo largo de este verano se han pintado las instalaciones y se han arreglado puertas y ventanas.
La obra más importante, realizada en los últimos meses, ha sido el nuevo parque infantil del colegio, financiado por la Deputación de Pontevedra, que supuso una remodelación integral de los elementos del juego y el pavimento.
El presupuesto que maneja el Concello para este tipo de obras de mantenimiento, según Fernández, asciende a unos 250.000 euros, aunque a lo largo del año se van incorporando nuevos fondos porque, ha reconocido el concejal de Educación, "non chega".
Además del CEIP de Marcón, los responsables municipales han visitado también un colegio del ámbito urbano, en este caso el CEIP A Xunqueira I, en donde este año cursarán estudios cerca de unos trescientos niños y niñas.
Este es uno de los colegios de Pontevedra en donde, ante la caída de la natalidad, se ha cerrado un aula. Ha sido una de las dos que había en primero de Primaria.