La población de Cerdedo volvió a salir a la calle para mostrar su rechazo a los dos parques eólicos promovidos por Naturgy en el municipio, Campo das Rosas y Porto Vidros, que está tramitando la Xunta de Galicia. Fue con una masiva manifestación celebrada este domingo.
La marcha comenzó en la Praza do Concello y, posteriormente, recorrió un tramo de la carretera nacional N-541, que la Guardia Civil tuvo que cortar al tráfico para la ocasión.
En el manifiesto que se leyó durante la manifestación, los convocantes aseguraron estar "muy preocupados" por el estado de tramitación de los dos parques e instaron a la Xunta a que "tenga en cuenta nuestra opinión" por las consecuencias negativas que provocarían en la zona.
Las comunidades de montes de Quireza, Pedre, Chamadoira, Corredoira y Sano Bernabé, propietarias de los terrenos afectados, acordaron rechazar su construcción "por suponer un grave perjuicio para la vida en nuestras aldeas".
Entre otros motivos esgrimidos por los afectados, citan la excesiva cercanía de los aerogeneradores a las viviendas, la afección a los manantiales y traídas que abastecen a las aldeas, las grandes extensiones de terreno afectado por las poligonales de los parques eólicos o el despliegue de líneas eléctricas de alta tensión rodeando los núcleos de población.
De ahí que hagan una frente común, al que se sumaron asociaciones de vecinos, colectivos ecologistas y toda la corporación municipal, "para defendernos de esta agresión medioambiental y contra la vida en el rural de las compañías energéticas, que solo responden a balances económicos, sin consideración por las personas que habitamos el territorio o por el medio ambiente".
La "avalancha" de proyectos que se impulsan en la comarca, con más de treinta parques en diferentes fases de tramitación, advirtieron los manifestantes, "supondrá la devastación de prácticamente todo el territorio con consecuencias nefastas para nuestro futuro".
"No estamos en contra de la energía eólica ni de la existencia de parques eólicos, pero hay alternativas más justas que no se quieren desarrollar", señalan los afectados, que reclaman que "no queremos ser un territorio de usar y tirar en manos de las empresas energéticas".
Aseguran que seguirán movilizándose para "impedir que sigan destruyendo nuestra tierra y condenar la muerte el rural gallego".