La relación entre el mundo empresarial y el académico, una "oportunidad de progreso"

Pontevedra
01 de mayo 2022

Ernesto Pedrosa, presidente del Consello Social de la Universidade de Vigo se muestra convencido de que "la relación entre las universidades y las empresas encierra una de las mayores potencialidades que todavía tiene pendiente la economía y la sociedad española", sin embargo, señala que actualmente supone una "de las mayores debilidades" del sistema universitario español

Ernesto Pedrosa, presidente del Consello Social de la Universidade de Vigo
Ernesto Pedrosa, presidente del Consello Social de la Universidade de Vigo / Diana Eiras

La relación entre el mundo empresarial y el académico supone "una de las mayores oportunidades de progreso". Así lo entiende Ernesto Pedrosa, presidente del Consello Social de la Universidade de Vigo.

Ernesto Pedrosa se muestra convencido de que "la relación entre las universidades y las empresas encierra una de las mayores potencialidades que todavía tiene pendiente la economía y la sociedad española", sin embargo, señala que actualmente supone una "de las mayores debilidades" del sistema universitario español.

Un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que el marco de recursos públicos para el I+D en España es muy inestable lo que repercute en los programas de apoyo a la transferencia y la investigación.

Pedrosa lamenta que "las empresas, y especialmente las pymes, no acaban de ver definitivamente la innovación como una prioridad estratégica". Además, añade, "el sistema español presenta unos desequilibrios que atenazan su sostenibilidad y limitan su contribución al bienestar económico y social".

El presidente del Consello Social señala que "expertos y analistas afirman que nunca antes la universidad, como institución, había estado en un momento tan complejo para conciliar sus retos con los retos de las empresas y, sobre todo, de la sociedad".

Ernesto Pedrosa cree que "a las instituciones hemos de pedirles que estén a la altura y sean catalizadoras del conocimiento". En este sentido se ha referido al Plan de Financiación Universitaria de Galicia 2022-2026, la hoja de ruta que blinda los presupuestos destinados a la universidad pública gallega de los próximos cinco años, y que eleva hasta los 400 millones de euros los fondos destinados la investigación, lo que supone un 41% más que en el anterior plan (2016-2020).

El objetivo del Consello Social, según recalca Pedrosa, es "fomentar el interés, el valor social y los mecanismos necesarios para que la investigación y el conocimiento que produce la universidad se transformen en economía productiva".

Sin embargo "el escenario es disruptivo" indicó Ernesto Pedrosa ya que "los estudiantes valoran cada vez más la empleabilidad a la hora de elegir un grado" y, además, "las necesidades de las empresas y las demandas del mercado han cambiado ante nuestros ojos muy deprisa" por lo que considera que "las universidades deben cambiar con flexibilidad y rapidez".

Pedrosa entiende que "la Universidade de Vigo da pasos hacia donde debe y los da con sentido" y "muy especialmente" en el caso del campus de Pontevedra que avanza "sobre un terreno abonado y ventajoso".

"Este campus de Pontevedra tiene el mayor recorrido y las mejores perspectivas por delante"

Como ejemplo citó la labor que desarrolla en este ámbito la Universidade de Vigo que cerró 2021 con unas cifras de 17,4 millones de euros captados en proyectos de investigación y 6,5 en actividades de transferencia de conocimiento mediante contratos, patentes, informes, cursos y otras alianzas con la empresa privada.

"Son dos cifras pero reflejan la vitalidad, la competencia y el buen viento en el que se mueve la institución universitaria y en esa dirección, este campus de Pontevedra tiene el mayor recorrido y las mejores perspectivas por delante".

La Universidade de Vigo desarrolla una destacada actividad investigadora en los ámbitos científico, tecnológico, jurídico-social y humanístico. El capital humano está constituido por más de 1.700 personas investigadoras, que el pasado año desarrollaron 132 proyectos, un máximo histórico.